GERNIKA 3- BILBAO ATHLETICO 0. CHORREO A LOS CACHORROS

Me cuentan que la charla de Gaizka Garitano a sus chavales en la previa del partido la zanjó con un lacónico “Y mañana, a ganar a esos aldeanos”. No creo tan zafio al hijo del bueno de Ondarru. Sería escupir en la historia del que te da de comer. “¡Con 11 aldeanos, les hemos pasado por la piedra!”- profirió Enrique Guzmán en 1958 desde la balconada del Ayuntamiento. Y no era para menos la emoción del presidente. Un Real Madrid campeón de Europa no pudo siquiera marcar un gol a los leones en aquella final, celebrada en el mismísimo Bernabeu

Circunscribiéndonos a lo visto ayer en la encharcada alfombra de Urbieta, se puede acotar como resumen que un Gernika de dulce, pasó por la piedra a un desdibujado Bilbao Athletic, que apuntó sus intenciones saltando al campo con una pantaloneta gris impropia de tantos años dehistoria. En la primera media hora del partido, tres andanadas blanquinegras. Olaetxea, Abaroa y un Josu Santamaría, que pasó en pocas horas de villano en el Arenas a héroe blanquinegro, decidieron el partido.

La verdad es que no puedo más que quitarme la gorra con el trabajo de mi paisano, el busturiano, Javi Luaces. Da igual que Barrón pegué una espantada propia de Cuarto Milenio, para enrolarse en el Calahorra, o que Jon Madrazo, inicie un periplo en Burgos que esperó y deseó le lleve a vivir decorosamente del futbol.

Recluta a un hijo pródigo, que andaba desahuciado tras su paso por Las Llanas y Gobelas, y resulta que Santamaría termina arruinando a Unai Bilbao y Oscar Gil, en quienes los juglares rojiblancos fían el provenir de la zaga del centenario Athletic. Pues que quieren que les diga. El menda prefiere la bizarría de Berasaluce, que, después de haberse despiojado en campos de tierra, a base de fe y redaños, ayer se comió a Dopi y el proyecto de millonario en el que han convertido a Guruzeta, que ayer pasó sin pena ni gloria por la villa foral. Y además es de Gernika.

Una vez cobrada la ventaja, nos bastó para mantenerla con un Pradera, con imagen de secundario de cártel colombiano de la serie “Narcos”, incansable y bullidor, Olaetxea, llevando las manijas de nuestro equipo como un experto relojero, y la sorpresa de Diego Carrió, que no he visto parar más e infundir tanto respeto con menos trazas de arquero. Y qué decir del lekeittarra Abaroa, que a poco que hubiese tenido una pizca de ambición hubiese sido pelotero grande de los que aparecen en las luces de neón del balompié, o del fajador Kevin Calle, tan seguro como la caja de caudales del Banco de España.

Soy consciente que en la variopinta masa social blanquinegra ayer se vivieron sentimientos encontrados. El 20% que somos, primero del Gernika, y después, también del Gerni, abandonamos el municipal, henchidos de felicidad. El 80% restante, que tienen al Gernika de segundo equipo, mera posibilidad que descarta por imposible mi vis pasional, cuando estamos hablando de emociones, salieron cariacontecidos, por la negrura del futuro del equipo de sus amores.

No se cuanto se prolongará el conjuro, pero estamos quintos, a las puertas del Play Off, o dentro dependiendo de lo que termine pasando con ese galimatías administrativo del ascenso del Sporting B. Como he dicho alguna vez aquí, a los de pueblo, y especialmente a los muy aldeanos, que lo somos y estamos orgullosos, no se nos permite el tener delirios de grandeza. Estamos demasiado acostumbrados a trajinar silentes con el único objetivo de seguir vivos en la pelea. 

Pero, la verdad es que todo mortal tiene derecho a un ratito de gloria. Y ya de vuelta en Bilbao brindé conmigo mismo en la soledad de Gardoki, por la victoria del David blanquinegro. Aun tenía en la retina las lagrimas que empañaban los ojos del gran “Potxorrio”, (quienes no le conozcáis daos prisa que mañana puede que sea tarde), abrumado tras la exhibición de ayer. ¡Y que no sea la última¡.