GLOSARIO INANIMADO (I)

Cada despertar se nos cuela por el sumidero un garito interesante y emerge uno inanimado en el que nunca entraré. La conclusión es sencilla. Me voy quedando sin lugares en los que entrar.

Con todo mi rencor “Gran Reserva”, he pensado redactar como venganza un glosario de hostelería deprimente de la Villa. Ahí va:

1)Mystic River. Al lado de lo que fuera el mítico Conjunto Vacío, donde tanta gente perdió la virtud y el oremus, en el Muelle de Manzana. Carta de embolia culinaria, con nachos cuarteados propios de paquete de Doritos y patatas fritas de fécula morcillona. Plagado de turistas y viajeros beodos celebrando la despedida de soltero.

2) Pikata. Levantado en Henao 12, sobre los rescoldos,  aun humeantes, de lo que fue de una de las mejores tortillas de Bilbao, el Kepa Landa. De la calidad de sus pintxos habla por sí solo el comprobar como, al terminar la jornada quedan los mismos con los que la comenzaron (o alguno más).

3)Rodilla,  en la calle Ayala. Con los sándwiches babeantes de mayonesa de tambor de diez kilos y unas empanadas cuya ingestión fagocita toda placa bacteriana que te pueda quedar en el estómago. Siempre me he preguntado la razón por la que, en lugar de vitrinas transparentes, no utilizan féretros.  Sería lo propio.

4) La cafetería de la Estación del Norte. La terraza es una invitación al cáncer de pulmón y la inhalación de orines del callejón de Hurtado de Amezaga. Las cámaras de gas del holocausto eran mas acogedoras.

5) Kokoxaxa. Un chino infame en la calle Lutxana. De los de la modalidad  “buffet todo incluido”. Te dejan comer hasta explotar porque juegan con la ventaja  de saber que tus arterias explotaran en cuanto empieces a comer. La decoración me recuerda a la de la Casa de Apuestas de la película de El Golpe. Todo es cutre y temporero. Probablemente, porque nadie va a contemplar la decoración,  sino a empacharse de arroz tres delicias con soja. Se podría desmontar de un día para otro.

Está atendido por una recua de chinos que te invariablemente te contestan que sí con sonrisa perenne.

Da igual lo que les preguntes.

(CONTINUARÁ)