GLOSARIO INANIMADO (II)

Seguimos con el rosario de lugares culinariamente indecentes de la Villa.

1) El Indio del New York. Confieso que escribo desde el resquemor del despecho. El New York de Buenos Aires con su estética Art Deco y su clientela “Frente de Juventudes” de señoras enjoyadas tras despenar, hace hora y cuarto, a su marido no me podía conquistar más.

Cuando ahora me lo encuentro empapelado de ese tipo de publicidad que te activa las ganas de no entrar ni bajo amenaza nuclear. Reclamos de ofertas macilentas de menús con precios que terminan en ,95 hacen queme salga sola una arcada. Culmino el vómito si me detengo en los colores de las salsas que sólo había visto antes en una caja de témperas.

2) Restaurante Zhou, también conocido como El Cienplatos, campa por la parte alta de la calle Elkano

No se qué es más terrible si la carta, más larga que los Episodios Nacionales, con fotos descoloridas de comida que jalaba Mao Tse-Tung en su mocedad o su mural exterior.  La carta es de esas de hojas de album recubiertas del celofán con el que envolvías los libros en el colegio.  El mural es el acabose. Pagaría por conocer al alumbrado al que se le ha ocurrido el cegar toda la fachada con fotos numeradas de los cien platos de su carta. Sencillamente estomagante.

Olvidan aquello de que no hace falta que saques tus miserias a la calle.

Como prueba de la bazofia informativa que puedes encontrar en internet, ojo a las loas al local que he encontrado en TripAdvisor (los comentarios en negrita me pertenecen)

te gusta probar cosas nuevas, (si no es molestia quisiera vivir un poco más) restaurante Zhou, está en la ciudad de Bilbao, (Bilbao es Villa la única ciudad de la provincia es Orduña) no temas perderte, (no, si lo que temo es entrar) el restaurante es fácil de encontrar (qué putada).

La amplitud de su carta es la justa y necesaria para un restaurante de este estilo, (me descojono, la de otros estilos vendrá en tomos) según los críticos, (no creo que el de la Guía Michelin haya acampado en el Zhou) aquí se cocina muy bien (muy bien no se, pero cosas variadas desde luego)

Valorando su cocina, el personal, la decoración y ubicación, este restaurante ha sacado una puntuación de 7.16, (no dice si sobre 10.000 o sobre 1.000.000) la relación calidad precio es la adecuada para un restaurante como este, sus precios no son elevados y su comida lo merece, si tienes diners club, podrás utilizarlo en este local. (No sabia ni que los Dinners Club seguían existiendo, voy a ir con unos cheques gasolina y con pesetas que aun tengo por casa)

Aquí siempre es mejor reservar. (Es buena idea, porque andan escasos de carta)

La decoración del restaurante invita a quedarse largas horas, (el ultimo que se quedó largas horas es ahora el ingrediente principal del plato número 88) su ambiente hace que sea perfecto para venir con la familia, (sobre todo si te quieres separar) es un restaurante que hace que quieras repetir una y otra vez (sí, a ver quien es el valiente que consigue hacer línea probando la hilera de platos del 32 al 40)

3) Da Long Yi Hot Pot. De nombre petulante, está ubicado en el 34 de Urquijo, otro local gafe con tasas de mortalidad hostelera más altas que la infantil de la República del Congo

Decoración pretenciosa con la que quieren hacerte sentir como en la Cuidad Prohibida de Pekin pero, realmente, te encuentras como en una película futurista de Chuck Norris.

Es el ejemplo de enanismo mental puesto al servicio de la tragedia culinaria. Te sirve un robot camarero que da paseos en el pasillo principal como una meretriz en busca de presa. Pero si piensas que lo has visto todo agárrate.

El sistema para comer es el siguiente. Primero eliges una olla conforma de ruleta, que en lugar de los sacrosantos cubículos tiene huecos para situar caldos, donde se cocerán los ingredientes que se pidan. Te traen comida al punto de congelación propio de un Yupik igloo siberiano que condimentas con varías salsas e ingredientes. Como pasa de congelado a cocido en un santiamén todo (unas microsalchichas, un nabo o una página de la revista Pronto), termina sabiéndote igual.

Por lo que te empapuzas a salsas para que la comida sepa a algo, y terminas tumbado en el sofá de casa como si te hubieras comido los palillos.

Dónde este un guiso garbancero,…

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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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