SUPERIORIDAD

Bicheando en you tube me he encontrado con una entrevista con Fernando Marquez El Zurdo. Es la Z que cierra el abecedario de La Movida, que se inicia con la A de Alaska y sigue con la B de Berlanga Carlos y Benavente Eduardo, (qué hubiera sido el mundo de la música nacional si su estrella no se hubiera apagado en Alfaro)

Como uno tiene sus querencias invierto las primeras horas de sábado en escucharla. Y me quedo clavado en un término. Vivimos en una época en la que la superioridad moral se nos trata de imponer.

Le doy vueltas al concepto. En los ochenta se podía decir de todo, muchas veces majaderías. Como en cincuenta años no se había provocado, se provocaba con todo. Daba igual que fuera Ramoncin, (Rey del Pollo Frito) cantando Marica de Terciopelo con un rombo pintado en la cara, Benavente paseando por Valencia con una gorra de plato de Nazi o Alaska y Ana Curra en el Foro revestidas de versión castiza de la subcultura gótica.

Y esa provocación derivó en fuerza creativa prolífica. Generadora de una riqueza artística, en las mas variadas disciplinas, tan potente como tuitiva. Prueba de que la libertad de expresión y la disruptividad rompen en muchas ocasiones en gestación.

Cuando ahora se nos ha impuesto un credo único, una partitura del políticamente correcto de la que no te puedes salir. Bueno, puedes, so pena de que te decapiten socialmente. Solo por llevar la contraria.

Lo mas difícil de digerir es que las bridas nos las aprietan desde una atalaya de superioridad moral, que provoca, que por pura comodidad hamburguesada, (término acuñado por mi añorado Álvaro Gurrea),  nos ajustemos al mensaje oficial por mucho que pensemos febrilmente lo contrario.

Es la propia sociedad, y no una casta u otra la que se autoimpone el mensaje y no hace política, hace moral. Y ha hecho, de un pretendido amor a lo políticamente correcto, una religión en su sentido más ñoño. Si, por ejemplo, fumigas las hormigas que han asediado tu bote de leche condensada, se enfurruñan, te anatematizan y envían a arder en las llamas del infierno. Si dices que el futbol femenino te aburre eres un machista retrógrado, y si opinas que no te cuadra como se están gestionando las ayudas sociales, (muchas veces pongo el ejemplo de si la subvención que me dio Zapatero por el nacimiento de uno mis hijos hubiera correspondido a alguien más que a mi), eres un facha alistado en los cuadros de Falange Auténtica y de las JONS o de Fuerza Joven.

Los tapabocas sociales unos auténticos pelmazos que me recuerdan a los que están haciendo régimen y te espetan las calorías que tiene el helado que te zampas o al ex alcohólico que te reprende por tomarte uno de los mil tragos con los que él se deleitó antes de cortarse la coleta.

Se creen poseedores del fuego reparador, de ese espíritu que se nombra a sí mismo albacea de una verdad divina, y acaban jodiendo a todo el mundo que les rodea. Nos tratan de bajar a martillazos cualquier atisbo de pensamiento propio para sumirnos en un estoicismo estúpido, de asunción de lo socialmente admisible.

Me recuerdan al ecologista exacerbado, ese que se convierte en un intolerante, especialmente a ojos de su familia, haciéndole engullir toneladas de soja y guisos de alverjones que saben a pienso para gallinas.

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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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