Me encanta su forma de encarar la vida. Planificación minuciosa. Al estilo del General Rommel, donde no hay un solo movimiento sin una disección de pros contras y probabilidades.
Digo que me encanta porque esta en las antípodas de mi enfoque basado en pimponear con las pelotas que te vayan saliendo al paso bajo la formula de un repentinismo, que, como la intuición que gasta Chica9, existen días en los que te juega mañas pasadas. Enfoque no exento de riesgo, y eso es lo que le falta a Don Prevenido, capacidad de arriesgar.
Es sencillo de detectar. Es ese tipo que, una mañana de viento Sur, en el que difícilmente se puede respirar, sale con un paraguas o vestido de gabardina, porque han anunciado que por la tarde llueve. La previsión metereológica, de la que son devotos, les hace desprecintar la jornada vestidos de marcianos. Pero no lo sienten, porque entienden que debe de ser así.
El paraguas es un peso muerto si no llueve. Llevarlo en la mano es una auténtica tortura si no cumple su única utilidad, que no es otra que taparte. Si cuando salgo de una visita no llueve me lo dejo a propósito allí, no quiero cargar con ese baldón. Y ellos, lo llevan ufanos.
Otra cosa es la estética. El negro de hombre con mango en forma de puño que asemeja a la madera es, junto con la riñonera y la bandolera, el único complemento masculino que es imposible de combinar. Mata la estética de toda prenda que se le arrime. Ahora, que importa la estética cuando hay un 15% de probabilidades de lluvia a las seis de la tarde.
Rasgos que se repiten en su carácter son su organización estratégica de los viajes. La elaboración de la maleta les lleva varios días previos el de partida ya que su contenido tiene que dar respuesta a cualquier tipo de contingencias (médicas, como no metereologicas, perdida en el aeropuerto, con lo que hay que llevar una muda en el bolso de mano, si hay o no secador en el hotel,…)
El embuchado se dilata varios días durante los que la dejan abierta encima de la cama. La van rellenando siguiendo el credo de una lista que elaboran en un folio en blanco cuyos elementos van tachando cuando van ocupando su superficie cúbica. Para la cumplimentación del espacio han acuñado habilidades propias de miniaturista, enrollado, plegado y envasado que para si las quisiera un almacén de logística industrial. Cuando en destino abres la maleta, te da miedo coger unos calcetines por el riesgo de que te impacten, disparados con una catapulta, el cinturón y el zapato de tacón que los asfixia contra el lateral.
Un par de características más es que hacen comparativas para todo, sea comprar una alfombra, hacer un seguro, o reservar entradas para el Zoo de Madrid. Los más técnicos en formato excel, que acojona un poco mas aun. Y que viajar con es un auténtico suplicio, ya que son adictos a las Oficinas de Turismo, a donde acuerden nada más poner pie en la ciudad como un drogadicto en la búsqueda de metadona, y te planifican una visita con todas las estaciones del via crucis del turisteo subida al Monte Gólgota incluida.
Eso si, si llueve no te mojas porque llevan en el bolso un emergency poncho.