SEXTA DE CCGG: JESÚS

Diluvió, para recordar que estábamos a 25 de agosto.

Y como lagrimas en la lluvia fueron cayendo nuestras ilusiones de aficionados tras comprobar la podredumbre de los seis semovientes Zalduendos que hicieron cu-cu por los toriles de Vista Alegre. Solo debieran haber servidos para elaborar comistrajos y nunca para engatusar el ánimo ilusorio del medio centenar de incautos que aun nos seguimos tomando en serio este espectáculo.

El negocio que consumó Fernando Domecq en 2014 al vender la ganadería a la parte mexicana de nuestra empresa debiera de estudiarse en las escuelas de negocios. Que fue adquirida junto con el momio que les enjaretó Litri hijo en el pasamanos de la finca de Los Guateles. Lastima que no pudiera disfrutar de la montonera a consecuencia de su fallecimiento en 2019. A él debemos una magnifica corrida lidiada en nuestro albero, allá por 2006 con Ponce, Juli y Gallo.

Diecisiete años después nos han endosado un rosario de birrias descastadas que fueron embarcadas en un camión con destino a Vista Alegre cuando su único destino posible era el matadero. De su presentación, basta con indicar que el Tren de la Bruja de las barrakas ha apalabrado la cabeza del tercero de la tarde como método infalible de subir los decibelios expelidos por sus clientes.

Lo único realmente noticiable de la tarde, además de que Gines Marín emana destellos que si algún día se cruza con un oponente serio puede hacer el toreo de verdad, es que el tiro de mulillas de la plaza se ha descoyuntado en tres toros cuyo arrastre ha requerido más planificación que el rescate de aquellos mineros chilenos que se pasaron mes y medio esperando a que se les perforase un boquete.

Será por que la lluvia me habrá empapado la vision, dado el número de vítores que han cobrado sus faenas, pero me he quedado con la impresión de que Emilio De Justo nos ha dado un tocomocho considerable o que a él se o han dado los Zalduendos. Fuera de sitio, perfílelo, ventajista, zapatillazos y vocerío,… Lleva su castigo cortando dos orejas de esas que se te han olvidado cuando llegas a la Plaza Moyua.

Castella me aburría cuando se retiro con esa carga de misticismo que me parece una levedad que si eres Picasso encaja pero si eres Castella da más bien para abulia. En su vuelta a los ruedos no es que me aburra, es que al haber visto Superman I, II y III, sabes lo que va a pasar en la IV. La nada mas absoluta, la nada de su comparecencia. La razón por la que brindó al respetable su segunda basurilla Zalduendo se me presenta como el misterio de la sabana santa.