LO INVISIBLE

Entonó el mea culpa. He sido un padre incompetente salvado por los educadores del Colegio, en el que depositaba en septiembre dos hijos anárquicos, (como su padre) y desorganizados (eso no), creados en los pechos del repentinismo que profeso con fruición, y me los devolvían  educados a la vuelta de junio.

Los atenuantes de mi fiasco, que me los quedo para mí, no son otra cosa que los harapos con que se disfrazan las negativas. Así que callo, porque sé que hay silencios que dicen más que las palabras y sonrisas que son más expresivas que las lágrimas.

Por lo que escribo este post en paz conmigo mismo y preñado de contrición. 

Así que, con puro ánimo descriptivo, paso a enumerar objetos y actos de mi casa que se tornan invisibles para mis hijos:

A) Los rollos de papel higiénico. Tiene trazas de Cuarto Milenio porque no lo deben de cambiar en ninguna casa. Pensarán que el quita y pon lo ejercita una advocación mariana.

B) Las bolsas de basura y reciclaje. Y mira que lo he intentado. Si las dejo en la puerta como recordatorio, salen y dando un grácil quiebro la esquivan como si manchara (que mancha pero también a mí).

C) La correspondencia. No te digo que abran la mía, pero al menos un interés por saber lo que les mandan a su nombre ( puede estar medio año sin abrir y sin saber lo que esconde en la encimera). Y eso que las que te manda el banco antes de cumplir dieciocho solo mandan alegrías, ya verán luego.

D) Las pinzas de colgar la ropa. Como son de colores, deben de ser que piensan que son piezas de un tente con el que construir un robot. Vírgenes para sus manos.

E) La pasta dentífrica. Llevo años investigando por si me encuentro algún ejemplar de joven que cambia pasta vacía por llena. Debe haberse extinguido.

F) La humedad en las toallas. Se pueden duchar desde los idus de marzo a las calendas de navidad con la misma toalla pergamino. No deben de conocer que se lava y cambia.

Tiene una derivada con el sudor en las toallas.

G) Plantas y Flores. No es que mi morada sea un jardín botánico, pero algo de flora me gusta tener. Le dan el tratamiento de mobiliario. Ya pueden tener la legionaria y caerse hojas a pedazos que las seguirán sin mirar.

H) Electrodomésticos. Visitan los que son de arramplar como nevera o congelador mientras que a lavadora y lavavajillas le dan el tratamiento de decorado del titanic. Eso sí, detectan el WIFI con la avidez del buitre leonado-

I) Los muebles del pasillo de madrugada. Da igual que haya uno o diez, se chocan con todos cuando vuelven de una noche de marcha como si fuera un juego de bolos. Así que, te sacan del duermevela con el sigilo de una manada de antílopes en retirada.

J) Fregona y escoba. Estoy convencido que piensan que son una jábalina o una pértiga,

He tratado de despejar el pasillo de obstáculos pero sorpresivamente siguen haciendo ruido. No quiero saber con qué.

J) Espumaderas, Espátulas, Cucharones y otros gadgets de cocina. Deben de tener miedo de sufrir de dermatitis a su contacto, o les inoculen la lepra, así que no se estila que los blandan.

Me pregunto si sólo nos pasa a Chica9 y a mí.


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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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