Lo he visto. Vestido del Athletic. Porque tocaba. Pero con el destartale propio de cuando eres niño y eres un gordo feliz, sin que ningún cabrón haya sembrado la cosecha de monstruos necesaria para espetarte que los cánones de la moda no te dejan serlo.
Su imagen me ha expulsado colericamente del cuento. Se ha detenido el acorde del violín, y ha aparecido la banda sonora de las películas gore.
No llevaba ni balón. Para que cojones lo necesita si no lo ha chutado en la vida. No tiene interés. En el colegio se separa del campo justo antes de formarse los equipos. Es mucho mejor mirar la realidad desde las ventanillas del coche.
Lo que es, sin duda, es mucho las inteligente de todos los que aciertan a darle al balón efecto con el empeine. Tipos rudos a los que todo el mundo admira. Ahora no lo sabe pero al niño gordo le irá mucho mejor en la vida. Las rosas que florecen primero tienen mala vejez.
Hoy toca le dicen. No tiene ni puta idea de a lo que se refieren. Lo que a él le tocan (la camiseta) son los michelines porque el no sabe lo que son los abdominales. Y a duras penas aguantará con la casaca puesta. Sólo piensa en el donuts de chocolate que le regaló su amuma ayer (otro) y que no puede deglutir porque su ama esta influenciada por un tutorial de You Tube por el que los niños no pueden ser no gordos ni gafotas ni torpes.
Y que sabe ese You Tube de lo ricos que saben los donuts de chocolate comidos en la clandestinidad?