LOS MENSAJES NAVIDEÑOS VÍA WHATSAPP

Siempre he pensado que la gran revolución que he vivido en mis cuatro décadas ha sido la del advenimiento de las redes sociales. Pero he aquí, que nos guardaban sorpresas en la recamara. Como la que hoy viene al caso, los mensajes navideños de whatsapp que, incluso, han superado en perversion a los grupos formados por los padres y madres del colegio de tus vástagos.

Introduzco a continuación una breve guía para desescrutar la autoría de los delitos contra el decoro que, en forma de pseudofelicitación, va a recibir Usted en el móvil durante los escasos ocho días de año que nos quedan. "Ojo al dato", señores, como decía el inclito José María Garcia.

  • El Enamorado. Suele vivir sus primeros años de relación y te remite una foto almibarada al lado de su pareja, que acostumbra a rodear dentro de un marco de nubes de algodón, flores y corazones. Gusta de los colores chillones y del merengue al más puro estilo fiesta de pedida sudamericana. Si al menos fuesen guapos, sueles pensar mientras pulsas al botón de eliminar.
  • El Familias. Al estilo de los reyes en Marivent, te larga una instantánea de su salón en la que perfectamente alineados, como si fuera un equipo de fútbol sala, los dos padres posan su mano en el hombro de los retoños disfrazados del principe de Bequelar, Atrezzo imprescindible nacimiento, árbol y foto del día de la boda. Como se puede ser tan moñas, piensas mientras lo mandas a la papelera de reciclaje.
  • El Politico. La temática de sus mensajes va cambiando anualmente. Este año sale Junqueras disfrazado de Papa Noel o Puigdemont de paje si es Indepe. Si pertenece a los Unionistas, te larga a Rajoy de "Rey Gaspar" o Arrimadas de conejito "Play Boy". Sufrimos su tabarra en Euskadi hace no demasiado tiempo. Ni te molestas en eliminarlos salvo que te consuman la memoria del celular.
  • El Viral. Por una extraña coincidencia siempre proceden de un tipo/tipa con el que no tienes demasiada relación. Suele ser alguien con el que en la universidad, hiciste el viaje de estudios de paso del ecuador, o quien coincidiste en un cursillo del INEM sobre "cómo elaborar tu currículum vitae". Te terminas preguntando porque el tío tabarras te manda el vídeo de moda, porque en todo caso son vídeos, si la última vez que te lo cruzaste Jordi Hurtado estrenaba el "Saber y Ganar".
  • El Religioso. Te acostumbra a atizar mensajes con doble ración de solemnidad que pululan entre la Paz del Señor, la protección del niño Jesus o la cobertura del manto de la virgen de Linajeros. Culminan con un mensaje subliminal del estilo de "mira dentro de tu corazón", "descubre cómo todo el mundo es bueno", (no confundir con la mítica película de Manolo Summers), o "que descienda sobre ti una lluvia de bienaventuranzas" . Los más clásicos te enjaretan un versículo del antiguo testamento en letra cursiva gótica y relieve que te deja en el sitio.
  • El Chistosillo. Aquel que te inunda con ripios del Padre Coplillas, chistes sobre cuñados discutiendo en la mesa navideña y memes sobre el discurso del rey o la victoria culé en el clásico del sábado. Aunque es habitual toda la temporada y colaborador inasequible de los grupos de whatsapp se viene arriba en estas fechas.
  • El Taurino. Incapaz de enhebrar un mensaje sin referencias a salidas por puerta grande, arrimones, reivindicaciones a encarar la vida "en corto y por derecho", quites a las cogidas o a las visitas a la enfermería y cortes de orejas y rabos. Últimamente, aún y cuando desconozco la razón, todos se han colocado la rojigualda como perfil del whastapp. Le sacas la gracia solo si la ingesta de alcohol de la cena ha superado el 3 en la escala de Richter.
  • Tus amigos. Aún en navidad, no pueden esquivar la temática sexual y te siguen mandando imágenes de negros con pollas inconcebibles escondidas en la parte baja de la foto, grupos de mujeres de tetas desproporcionadas y alusiones nada veladas al carácter "cortarollos" de sus parientas. Por una vez, te alegras de que alguien no se vea atrapado por la exaltación navideña y se mantenga fiel a sí mismo durante todo el año.

Solo nos queda silenciar el móvil y mantener el tipo como podamos. Como dice una buena amiga, esto es como un catarro, solo nos queda paciencia y soportarlo en silencio.

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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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