LA TANQUETA

En ese empeño vital por hacerme feligrés de las contraquerencias he cultivado vicios que, a primera vista, pueden resultar incomprensibles. Como ejemplo, me encanta descifrar acrónimos, y seré uno de los pocos habitantes del globo terráqueo que conozcan que el del G.R.A.P.O responde a Grupo de Resistencia Antifascista Primero de Octubre.

Viene esto a cuento porque me gusta escaparme en verano a Cadiz capital y abjuro de la patulea que  se arrima a los pueblitos de postureo, igual da Zaharas o Coniles, a invadirlos como hicieron las hordas vikingas con Catoira. Ese radar mental que te hace capturar aquellas noticias y sucedidos empastados con aquellos lugares que significan algo para ti, me llevó a conocer la tanqueta.

Pongámonos en situación. Cadiz, 116 mil habitantes en el último censo, con más porcentaje de paro que el de fracaso de las start ups tecnológicas se enreda en una gresca sindical por la negociación del Convenio del metal. Sazonemos con dos ingredientes más. En la actividad industrial de la bahía tiene preponderancia este sector y el gaditano es corajudo cuando protege lo suyo, como demostrase hace más de dos siglos en el asedio gabacho.

Presentado el proscenio, vamos con la protagonista. Entre el consabido mantra de piquetes, griterío, octavillas y críticas a la respuesta policial desmedida (todos quieren que les proteja la policía pero no que proteja a los demás de ellos), la atención vira hacia la tanqueta. Un furgón policial que, como si fuera un Don Tancredo, concita la ira popular, solo por estar aparcada, igual que. un marmolillo, en las inmediaciones de la refriega.

Se abre la veda y todo el mundo atiza a la tanqueta a la que se erige como la prueba del carbono14 de la brutalidad policial. El Gobierno, como si fuera el Supercalifragilisticoespialidoso de MaryPopins, consigue lanzar una definición de tanqueta cuya conclusion en que no es una tanqueta sino una especie de O.V.N.I (Acrónimo de Objeto Volador No Identificado) visionado por primera vez por Jiménez del Oso,

El Convenio del Metal se firma con incremento referenciado al I.P.C (acrónimo de Indice de Precios al Consumo) y nadie se vuelve a acordar de la tanqueta. Pero a mi se me queda grabada a fuego, porque me parece un ejemplo perfecto de aquello que rige el pensamiento moderno. La superficialidad derramada y cada vez mas gente opinando con fruición sobre lo que ignora.

Observó ese escenario y, como esas películas preñadas de flash backs me voy treinta y cinco años atrás. A un fin de semana de preadolescencia en Gernika, sin dinero y sentados en un banco. Comprábamos una bolsa de pipas y dejábamos pasar el día. Observábamos como iba apareciendo la gente, los solitarios, las parejas y las familias, envidiábamos al que besaba a su novia, solo porque nosotros no la besábamos. Así durante horas hasta que nos tocaba regresar a casa. Nos juntábamos sabiendo que la imaginación era nuestra única opción, la mejor película, y que no necesitábamos que nadie hiciese nada por nosotros porque proyectábamos nuestra realidad con el arma de la fantasia. Incluso había días en los que, fruto de la espera, lográbamos aburrir al castañero y hacer nuestras las castañas que abandonaba por incomparecencia de la criéntela.

Nosotros no necesitábamos tanqueta.


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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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