BISCOTTO

Huelo en el ambiente aroma a Biscotto. A amaño que va macerándose poco a poco a tu alrededor y que ves venir para cuando llega. Latinismo con la sonoridad que solo pueden tener los latinismos, dícese Omertá, acuñado por la forma en la que se dopaba a los caballos en el hipódromo dándoles de comer galletas adulteradas.

Estamos bajo un fuego a discreción de noticas luctuosas. Confinamiento en Austria, (la posibilidad de cualquier paralelismo entre países y culturas se esfuma si comparas a Sisi emperatriz con La Chata), métricas disparadas en Alemania que acumula infectos, lo que te genera la misma satisfacción que sentías cuando el empollón de tu clase, ese que siempre te habían puesto de ejemplo, empezaba a catear.

Balacera contra los no vacunados a los que se propone pasaportar al Valle de los Leprosos donde se desterraba a la madre y la hermana de Juda Ben Hur. Exigencia del pasaporte COVID hasta para acceder al baño portátil Sanirent que colocaban en las Txoznas de Aste Nagusia, cuando en Aste Nagusia se colocaban Txoznas.

Sin tener ni puta idea del asunto, me percibo como imagino se sentirán los atunes en migración, cuando se ven atrapados en el laberinto de redes la Almadraba. Ese momento en el que eres consciente de que poco a poco, se te van achicando los espacios y luchar contra tu destino es tarea baladí.

Así que, a modo meramente defensivo, me aplico a la doble P. Pensar y Protestar. En la primera, se me oye pensar muy fuerte, porque se puede pensar en silencio y a gritos, de forma en que, el de al lado, escuche tus pensamientos. Y acuño un sofismo pragmático, que engarzo con Chica9, por el que la vida no hay que entenderla, que intentarlo es tiempo perdido. Y que la única disciplina permitida es vivirla día a día, resolviendo lo que te toque sin quejarte ni tratar de cambiarla,, porque el hacerlo no trae cosas mejores.

Al fin y al cabo, en cada día están ocultas las respuestas a tus preguntas, y si algo bueno (escaso) tiene el envejecer es el aprender a interpretar las señales que hay que saber detectar y descifrar para avanzar por el dédalo. Y que la cascarilla que no entiendes es como las migas de pan que sete caen en el marsupio del delantal con el que cocinas.

Protestar es un acto legítimo que libera la tensión y te hace ahorrar en la doble S, Sicólogos y Siquiatras, gremios con agenda en overbooking en nuestros días. Lo hago acometiendo contra el vocero del gobierno patrio que me advierte de las calamidades que nos esperan. Le atribuyo el rol de Keystone Cop, el poli que se lleva las tortas en las películas del cine mudo. Y estéticamente me parece un tipo feo. Que me recuerda a un toro que salió en sexto lugar, en un sainete de Corrida de la Prensa que vi hace ya demasiados años en Las Ventas de mi Sagrado Corazón. Lo habría elegido Cayetano, Curro Vázquez o ambos y era de los bichos más feos que uno ha visto en su vida, incluyendo los perros pequineses, las ratas de los diques de la Ria y las palomas de la Plaza Circular.


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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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