TORQUEMADAS

Si algo tiene claro cualquiera de los que tienen que aplicarla o se ganan la vida tratando de que vea la luz es que la justicia es un poliedro con demasiadas aristas. Y que, como hemos podido comprobar demasiadas veces en los últimos trece meses, la percepción que de ella tiene el vulgo esta en las antípodas de la que se sustancia ante un Tribunal.

La primera se azuza desde la prensa que espolvorea una pulsión de venganza hacia el prójimo que hace que la grey decline el término hacia lo justiciero. Van brotando a nuestro rededor Torquemadas que, revestidlos de santos inquisidores de la vida y milagros ajenos, emplean todos sus esfuerzos a conjugar el arte de la critica, cuando no el de la delación.

Tan viejo como la vida misma, estoy jodido porque en cuanto sale el sol no pillo una terraza, no puedo salir a partir de la noche ni organizar parties en mi casa y mi vida social es más pobre que la del Capitan Nemo. Conclusión, intento colectivizar mi ruina y hacer que aquellos que se alivian, aunque el alivio sea fútil, retornen cabizbajos al rebaño.

La reflexión me surge cuando leo, al lado de Chica9 que siempre cataliza el pensamiento propio y ajeno, el periódico prócer de la provincia. El concejal de fiestas de Galdakao se ha visto obligado a dimitir por haberse acercado a casa de una amiga a ver la segunda final copera. Parece que los efluvios futboleros le hicieron dispersarse y cometió el pecado de lesa humanidad de no respetar el quorum impuesto desde las alturas jerarquicas. Me imagino que alguien lo subiría a esos engendros magnificadores de la idiotez humana que son las redes sociales y el asunto se lio.

Leer los comentarios, en la mayor parte de las ocasiones, es mucho mas interesante que el texto de las noticias porque sacan lo mejor del ingenio humano, lapidaban al chaval al nivel de la bíblica María Magdalena, pecadora fue. Sin compasión.

En esto pasa como con la solidaridad, que todos la conjugamos para el exterior. No solo tiras la primera piedra, es que envuelves al semejante en un alud rocoso, cuando, a poco que hagas memoria lo que esta haciendo el sepultado lo hiciste tú hace mas bien poco tiempo. Pero claro, eso es en cabeza propia y los pecados de cada uno no cuentan. Todos, como si fuera un mantra, nos las damos de inmaculados cumplidores de la normativa y escrupulosos seguidores del dogma moral.

Y nadie se plantea que el chico ese, que probablemente viviría solo, necesitaba apoyo ambulatorio para tragarse el bodrio de la segunda final. Como para enjaretarte el espectáculo rodeándote de ti mismo.