SACACUARTOS

Es como calificaba el bueno de mi Aitxitxe a aquellos que vivían del cuento, del prójimo o de los dos. Mi compadre Y, en Gernika, les calificaba como asaltacunetas, Y me da la impresión que, con toda este tabarra del COVID, están proliferando.  Explotan los miedos, las angustias y los traumas que ha dejado como reguero de pólvora y valiéndose de esas tretas a trincar tocan.

PCRs perpetrados a conductores que ni salen del vehículo y se las piran derrapando, farmacias con test de antígenos con menos fiabilidad que los matasuegras de bolsas de cotillón, mecanismos de autodiagnostico paridos con instrumental sacado de la caja del Magia Borrás. Un trampantojo erigido sobre las inseguridades del populo que, en estos momentos necesita un suplemento de confianza para soportar lo que esta siendo más largo que la gestación de un elefante.

Ayer me fije en la irrupción de un cuerpo extraño en el decorado de mi supermercado de cabecera, un BM que se aloja en un patio de manzana al que, cuando era cani, acompañaba a mi aita a llevar el coche al taller en un Bilbao gris y lóbrego muy distinto del actual. Era una cápsula biónica lava carros en donde tenías que introducir el que habías elegido para tu compra para que te saliese higienizado, súpervitaminado y mineralizado como largaba Súper Ratón. Ahora sí que se puede comprar con tranquilidad.

Me contaba Chica9 ayer que no entendía como Raphael juntaba cinco mil corifeos en la collera de conciertos de navidad que va a impartir en el Wi Zink center y el resto de mortales andamos discutiendo si en navidad te puedes juntar con seis o con diez. Y por si fuera poco, engarzándonos en sesudos debates  sobre si computan en el recuento la bisabuela que está más palla que paca, y el hamster del pequeño que no deja de dar vueltas en la rueda de su jaula

Porqué es Madrid, que se ha erigido en una especie de Sódoma y Gomorra vírico al que le salen las cuentas mal que les pese y es Raphael, un artistazo, con mas años que Machu Pichu, y que ha sabido ganarse dignidad de ídolo patrio desde aquellos idus en donde perpetraba lo del tamborilero. Que ahí es nada.

Es la época de los gadgets demoniacos, propia de esa cara oscura que gasta el latino cuando sonríe con un gesto de astucia cuando engaña al acreedor o demora el pago valiéndose de ardides. El mismo gen que hacía a los argentinos preferir el gol marcado con la mano en las semifinales del Mundial 86 que el del slalom de Marandona derribando ingleses. Que no hubiesen atizado en Las Malvinas, pensaron, mientras gritaban que se la mamen.

En estos tiempos, me resguardo en ese mantra que dice que sólo hay tres cosas por las que merece la pena pelear en nuestra existencia: comida, placer y territorio. Y alguien que te abrace por las noches sin luna, añado yo.

Así que, a limpiar el carro de la compra.

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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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