FUTBOL MODERNO

Estoy divorciado del futbol moderno. Ha sido un proceso largo y amargo, como el de una separación matrimonial. Esa que comienza el dia en el que, sin saber exactamente el porque, hay un dia en el que no buscas el contacto de la piel y rehuyes el contacto y que finaliza ratificandote ante el Juzgado de Familia.

Como en ese caso, las razones las entiendes y ordenas mucho despues. Las mias son, desordenadamente expuestas, que me enamoré de un deporte en el que los futbolistas lucian pelo en el pecho, como Goikoetxea, bigote castizo, al estilo de Arteche, los delanteros aguantaban ostias como panes, dicese Futre, gastaban chasis de hombres, recuerdos a Guisasola, suplian sus limitaciones con olfato y pilleria, el bueno de Dani.

Eran tipos que paseaban por tu barrio, tenian coches como los de tu aita, vestian parecido a los de tu pueblo y se iban de sus clubes de toda la vida solo porque les echaban o por dejar una pasta en las arcas para que se construyese una tribune o para tapar cañones. Para colmo, cuando se descalzaban los borceguies ponian tienes de deportes, como los ciclistas retirados se recluían en talleres de reparación de bicis arreglando tubulares y componiendo reventones.

Por si fuera poco, crecí viendo al Gerni en el hormigon de una preferencia de esas que te vacunan para la cistitis que odas sufrir durante toda tu vida. Con partidos invernales a las 15;30 por no tener el campo iluminación y poder verte, preñados de barbarismos infirigidos a árbitros y rivales con la fuerza de la combustion de soberanos, patxaranes y gin tonics sorbidos para ahuyentar el frio. En barras desinfectadas con Larios y parroquia fina de alcoholicos orgullosos de serio.

Campos de barro y charcos eternos. Entradas a la altura de la tibia. Arbitros barrigudos vestidos de negro eterno y de nombre familiar que coreaba el respetable (Mijares no te crezcas!!!). Recogepelotas sin sueldo detrás  de las porterias y rifa de jamon de tocomocho.

Pateando un Mikasa que los días de frIo  pesaba mas que un balón medicinal. Con liberos que suplian deficiencias fisicas a base de colocacion, delanteros tanques que marcaban por convicción y no por juego y porteros saltarines que se hicieron hombres recogiendo el balon de las redes. El Abetxuko, el Zalla, el Pasajes, con el numero pagado con velcro y tu Gerni sufriendo para salvarse en la ultima jornada, como en aquellos eternos penalties de la promoción. contra el Ermua.

Compartiendo confesiones de aficionados ilustres sobre el día que Arsenio Iglesias se sentase en el banquillo de Santa Lucía al mando del Depor, la vitoria en Copa contra el Rayo, la Guardia Civil disparando al suelo el día en el que Urio Velázquez nos birlase el partido o aquel directivo llamado Zorrillo arrojase un ladrillo al trencilla.

Es por todo eso y nada mas que por todo eso por lo que pienso que no hay forma humana de seguir al fútbol moderno salvo que seas hincha acérrimo de un equipo. Por lo que no soporto los tatuajes, el bigote de november, el estrambote de la posesion o las mohicanas. Tampoco que no pongan la R intermitente sobre impresa durante las repeticiones y que ya ni exista aquella moviola tan parecida al Cine Exin

Que soy un puto viejuno. Lo sé.

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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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