JOSU, EL DEL ATERPE (Kresen Lopez y Asier Guezuraga)

A la vida de cada uno le pasa como a los fuegos artificiales, que en la medida en que te alejas del origen, la de cada uno toma una dirección. Pero, a aquellos con los que estrechaste tus lazos en el campamento base, les sigues sintiendo como algo especial. Pase el tiempo que pase, y tome la deriva que tome tu fuego.

Es por eso comprensible la sacudida que acabamos de recibir. Aunque no nos pille del todo por sorpresa, porque las huestes blanquinegras conocíamos que su salud pendía de un hilo, su pérdida ha supuesto el que nos arranquen a dentelladas un pedazo de juventud.

Definir a Josu Oriosolo pasa necesariamente por definir su creación, el Aterpe. Sobre todo al antiguo, en el que nos estrenamos en el conocimiento de la noche, nos juramos lealtad eterna con aquella cuadrilla que, ilusos como éramos, creíamos entonces perpetua, o en donde insuflados de fervor etílico, nos declaramos torpemente, a aquella chica a la que llevábamos casi un año observando en silencio.

Siempre pensamos que Josu estaba hecho para estar al otro lado de la barra. Su posición dominante le permitía despojarse, al menos en parte, de su gran timidez. Y, travestido de camarero, le salía un desparpajo que se le volatilizaba en cuanto volvía a su condición de hombre de la calle. Ademas, podía cultivar una de sus pasiones, la música, con esa especialidad para los sones caribeños y cubanos, con los que cerraba el bar todos los sábados.

En el Aterpe confluíamos los de todas las condiciones políticas, sexos, razas y métricas. Y, mira que es difícil conseguirlo en un pueblo tan conservador y cainita como Gernika. Y el lo consiguió, dando la vuelta, como un calcetín, al bar familiar que heredase. Fue su gran obra, y, con el devenir del tiempo, también fue probablemente la razón que explica su ocaso.

La segunda de sus pasiones, que compartía con los autores de estas líneas, era el Gernika. Sin duda el mejor equipo del mundo. Y también como nosotros y el resto de gente de bien, solo era del Gerni. Del resto del fútbol solo le motivaba, por razones ignotas, el Betis, A nosotros, que teníamos antecedentes blanquinegros, nos destetó en aquello de recorrer media Euskadi siguiendo al equipo aquellos domingos en los que libraba.

Eran tiempos de poco glamour, café a las 3 y disparados a Ondarroa, Zalla, Amurrio o Beasain. Armados de una bandera bicolor comprada en La Elorriana a la que, al de poco tiempo, incorporamos una calavera pirata, me imagino que, más que nada, por rebeldía. Pechada de kilómetros y, la mayor de las veces derrota y a casa, tras picar algo, que para eso Josu era de morro fino. Recordamos compartir esas expediciones con La Seca, Artzo, Koldo “el Buitre”, Jonmi Goiko, Xabi Torombolo, Olano, Julen Galarza,...Todos ellosblanquinegros de bien, aunque el virus se les haya licuado en sangre. Seguro que nos dejamos algún nombre en el tintero.

Probablemente, sería por aquella manía tan suya de tratar mejor a todo el que le rodeaba que a sí mismo, pero los que le conocíamos empezamos a intuir que aquello no cantaba del todo bien. Horarios catatonicos, descuido de la imagen y la salud, y un puntito de decadencia autoalimentada. La alarma comenzó a soñar cuando ya ni se desplazaba a Urbieta a ver a su gerni, y lo escuchaba por la radio del equipo visitante, en su soledad. Porque, ante todo, era un tipo solitario.

Supongo, ya que me imagino que por no ver lo que nos temíamos terminaría ocurriendo dejamos de frecuentar el nuevo Aterpe, que la perenne tendencia de los hombres de extremar todos sus defectos a partir de los cincuenta haría el resto. Y, al hacer el recuento diario, en el de la noche, hemos descubierto en que nos faltaba un blanquinegro, un amigo, un buen tipo, alguien que nos ayudo a crecer, a emocionarnos con el equipo de nuestro pueblo, a descubrir la vida.

Sigue animando a tu equipo cuando en el cielo blanquinegro pinches a Celia Cruz. Te necesitamos más que nunca, que hoy hay partido de copa. Como el de aquel día que ganamos al Rayo Vallecano, y que nos contabas una y otra vez.

Etiquetas
Compartir
Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
Posts relacionados
MULTIDEPORTE
LUNADA (LA VUELTA)
LUNADA (LA IDA)