COLMADOS I

Las cosas del pasado nunca desaparecen ni acaban de morir, sobre todo si se habla de ellas. Aplicándome a esta terapia reivindiqué ayer la fecha Viernes de Dolores. Y Chica9 contestó volviéndome a llamar viejuno, eso no lo decía ni mi abuelo.

La invectiva me movió a salir de explorador urbano, uno de los vicios que más fervientemente profeso, y me dio por pensar en los negocios de mi niñez que no llegaran a ver, no digo ya mis nietos, sino ni siquiera mis legitimarios.

Una de las tareas que me impuse como neo padre era la de escribir en un cuaderno como legado a mis dos hijos, todo aquello, como los mercados de abastos, el afilador, los toros de Pablo Romero, el Corpus Christi, la mili o la Zarzuela, que había conocido yo y no conocerían ellos. Pero además de que se me acabó pronto el espacio del cuaderno ante el overbooking de caídos por la modernidad, entendí que aquel proyecto interesaba menos a sus destinatarios que el manual de conservación de las huevas del esturión, así que lo abandoné. Bastante problema tendrían con colocar la colección taurina de su padre, veinte tomos del Cossio incluidos, como para imponerles más servidumbres.

Así que me toca ser agitprop de cadáveres comerciales. Para cada categoría para constatar la involución señalaré quien les ha sustituido en la economía moderna y si hemos salido ganando ahí vamos. como los siguientes:

- El ultramarinos. Tenían de todo a lo que podías aspirar en un pueblo. Completamente desordenado y apilado en baldas y cajas en el suelo pero de todo. Los atendía una familia con dueño vestido con bata blanca de médico y la dueña que pegaba la hebra con las clientas. Con las compras te regalaban cupones que ameritaban premio cuando completabas el álbum. Como curiosidad, su nombre venia de los territorios de Ultramar que una vez tuvo el imperio, Nueva Guinea, Sidi Ifni y Fernando Poo, de donde mi amuma contaba venían las patatas.

¿Quien le ha sustituido? El Carrefour City y otros engendraos en donde compras a precio de oro productos de marca b que no saben a nada y te atienden unos tipos con un uniforme de tergal o una camisa insípida.

Tanteador.

Modernidad 0 - Pasado 1 (el primer gol que cuesta el que más)

- La vinotería (en Gernika el Vinotero de Vinos Elvira). Su entrada asemejaba a la de una cueva, y el interior no asemejaba sino que lo era, por lúgubre. Barricas encastrados en la pared y efluvios de alcohol. Es suelo tenia agujeros y cráteres por la erupción volcánica de la fermentación. Te mandaba tu ama a recargar, con el casco para que te cobrasen menos, o a devolverlo por lo que te daban dinero atrás. Te atendía un señor que estaba resguardado en una garita al fondo que hacia de oficina en la que tenia colgado un calendario del Sagrado Corazón repleto de anotaciones y del que colgaba albaranes.

¿Quien le ha sustituido? La Vinoteca, donde trajinan con vinos de Nueva Zelanda y Chile entre congéneres que no saben distinguir el Rioja del Ribera. Como credo personal me impuse el desconfiar de todo negocio que acabara con el sufijo -eca, por pedante,

Solo lo visitas para algún regalo con pretensiones. Al cambio oficial, sales a un precio deshorbitado y, por si fuera poco te apuntillan con una tabarra sobre la incidencia en el sabor del vino del ángulo de los rayos de sol en las distintas regiones vitivinícolas del bajo Chile. Por lo menos mis hijos pueden tirar el cuaderno al contenedor azul.

Tanteador acumulado.

Modernidad 0 - Pasado 2 (de penalti narrado por el tabarras)

- La Peluqeria. Suelo de mármol, cristalera, luz de quirófano, cuatro sillas para esperar y una mesa para dejar las revistas y los tebeos. El peluquero con una bata azul o verde, moléculas de polvos talco danzando en la atmósfera, y navaja que se afilaba sobre una goma. Allí te enterabas de los chismes del pueblo, le pegabas un refilonazo al Interviu y te ibas haciendo mayor. Impagable,

¿Quien le ha sustituido? La Barbería, con estética de tiendas de motos de la Ruta 66, donde te encuentras barbudos que parecen recién salidos de una convención de leñadores que prestan más dedicación a sus barbas que a sus madres. Ni que decir tienen que no te enteras de nada porque, como sólo están preocupados por si mismos no hay lugar para el resto de humanidad en sus pensamientos.

Tanteador acumulado.

Modernidad 0 - Pasado 3 (gol por la escuadra)

Continuará

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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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