VIGESIMONOVENO DIA DEL APOCALIPSIS: LA OCA.

Sábado de Gloria. Primavera, los pajarillos cantan, las nubes se levantan....... Nasti de plasti. Mira que el viernes santo es de ordinario un día plomo, pero el de ayer se lleva la palma. Las fosas comunes de los cementerios nucleares gozan de una ventolina de animación mayor que el que registraba la calle Gardoki mediada la tarde.

Los próceres de la patria que guían nuestros destinos nos alumbraron el primer día post cuaresma con, oh sorpresa, una rueda de prensa. De esas que que cambian tu vida y te hacen aguardar con ilusión el porvenir. Y eso, se agradece el primer día del Triduo pascual, ese en el que, la ingestión carnívora se encuentra vedada, y se impone potaje de vigilia como dieta.

La piñata de la rueda de prensa contenía, como si fuera el relleno de un huevo de pascua,  el manual de instrucciones para la vuelta a la casilla de inicio de La Oca. Esa que principia el martes en territorios forales, un día antes en la mayor parte del territorio común, por la que, como si fuera el día de la marmota o un flash back de película de sobremesa, volveremos al 16 de marzo, primera jornada de nuestro Apocalipsis particular.

Lo que ocurre es que, después de cuatro semanas, llevas encima más cornadas que José Tomás y tu moral cotiza más a la baja que el IBEX. Por lo que, cuando escuchas que hasta el cuarenta de mayo no te vas a quitar el sayo del encierro, y que para viajar en un metro que, a tus ojos, cada vez se parece más al que llevaba a los judíos a Auschwitz tienes que calzarte una mascarilla higiénica, tu fortaleza cae en picado. 

Primero, no entiendes bien la razón por la que, ahora, es imprescindible para preservarte del contagio, el calzarte una mascarilla que nadie te dijo que llevases hace treinta días. Ergo, o te han sometido a un riesgo del que nadie te ha alertado o, a estas alturas, te has esnifado mas filas de Covid que Maradona de perico. En cualquiera de las dos alternativas, la sucesión de decisiones te recuerda a un sainete de Arniches.

El cenit del carrusel de la sinrazón llega cuando escuchas que el Gobierno se está planteando retrasar la fecha de presentación de los impuestos del primer trimestre de autónomos y PYMEs. Osana, magnánimo poder ejecutivo, piensas para tus adentros. Tan solo una mente preclara y predictiva podía vislumbrar, con treinta días de confinamiento a cuestas, que la economía del país se ha descoyuntado y que un autónomo no va a tener ni para comprar una pareja de clicks de Famobil.

Sientes frío, mucho frío........ ante la que se avecina. Te ves como Sandra Bullock de dentro del autobús sin control en aquella película. Speed.