LA SENTENCIA

Toca abjurar del voto que proclame al principiar el blog por el que me comprometía a desterrar del mismo los asuntos mundanos, léase tributarios, que, por ahora, me garantizan el sustento. Mas no podía desaprovechar ese tratado de interpretación de la sociedad latina de nuestros días que nos ha regalado la sentencia, recién dictada por el Tribunal Supremo, sobre a quien le toca pagar la ronda en un deporte de riesgo como es pedir un préstamo hipotecario.

Al olor sanguinoliento de una sentencia, que por aburridisimas razones que no vienen al caso quiebra el criterio anterior y obliga al banco a pagar un impuesto que hasta la fecha nos hemos tragado los mortales, han respondido una recua de desnortados, tiburones y lobos esteparios con vitola castiza, puro espejo de nuestra sociedad. A saber:

A) Los listillos. No se han leído la sentencia, ni tienen puta idea sobre el tema que trata, pero poca falta les hace para disparar sesudas reflexiones en bares de boinas, conversaciones de corrillos o tertulias radiofónicas. Invariablemente abren su discurso plenos de suficiencia con un ya os lo decía yo, y lo terminan tomando como víctimas propiciatorias a la banca, el Gobierno o Podemos, que es el comodín que se utiliza para cuando algo que antes funcionaba ahora no lo hace.

B) Los Sacacuartos. Abogados que fabrican recursos de churrera entronizados como Robin Hoods tuneados para el siglo XXI que sacan dinero al rico (bancos) para dárselo al pobre (la plebe). Ven la sentencia como una forma de perpetuar su negocio y recargar balas en su percutor de agravios que estaba ya en la reserva.

Al mas reputado ejemplar le escuche el jueves mas populista que Ruiz Mateos vendiendo estampitas de Nueva RUMASA, defendíendo que  eran los bancos quienes debían de resarcir a los españolitos del incorrecto pago de impuestos. Solo puede practicarse ese tipo de sodomía al derecho tributario con intenciones aviesas y crematísticas.

C) Los Vengativos. Aquellos que, da igual la noticia que sea, terminan arremetiendo sobre quienes consideran causantes de todos los males. Comenzando con la crisis hasta acabar con las diez plagas bíblicas sobre Egipto. Y estos son, por este orden, la Banca, a quien ven como un vampiro ávido de numerario ajeno, los constructores y promotores inmobiliarios, por lo menos yo conozco más arruinados que solventes, y los políticos, entre los que me imagino habrá de todo como entre los sastres o los socios del Rapid de Murillo.

D) Los Oportunistas. Tampoco les importa mucho conocer los entresijos de la historia, más allá de saber si pueden sacar tajada de la misma. Los más extremos ya han montado comida de hermanos para este domingo, por mucho que sus cuñadas les parezcan unas pedorras, para ver si como herederos del abuelo pueden reclamar el real impuesto del timbre que pagase por la remodelación del pajar del pueblo en 1947.

E) Los Evasivos. Aquí encajan los empleados de banca, asesores o funcionarios de Hacienda, a los que, como si fueran el Oráculo de Delfos les preguntaban los Oportunistas pidiéndoles más concreción en las respuestas que la que se presume a un cirujano en una operación a corazón abierto.

Aunque les disculpo, no puedo ocultar que alguna de las razones que esgrimian ayer para responder, sacándose la pelota de ping pong que les encimaba, era propia de historieta de La Pequeña Lulu. Sin ir más lejos que la sentencia solo se aplicaba a viviendas habituales o que no regia para las nuevas hipotecas.

F) Los Medrosos. O dicho de otra forma, joder la que hemos montado. El presidente de la sala de lo contencioso del Tribunal Supremo convoca a sus lebreles para que el pleno decida si la sentencia es o no un hecho aislado. Atufa a toque de retreta  para el adelante detrás de la Yenka. Que no está el pais para bromas, pensaran.

Aun corriendo el riesgo de caer en lo académico, no me puedo resistir de compartir una frase contenida en un auto del Tribunal Constitucional que estudio el mismo asunto la capacidad de endeudarse es una manifestación de riqueza potencial. Con dos cojones. A mi que, tampoco fui jamás de los más listos del Instituto de Gernika, me da que la necesidad, antagónica a la capacidad, de endeudarse es la manifestación palmaria de tu sometimiento al sistema.

Reto al lector a identificar las clasificaciones anteriores en cualquier noticia de calado que asome en la lontananza. Estarán todos, como buenos latinos. Cedo gentilmente la guía. Advirtiendo que no incurro con ello en ninguna manifestación de riqueza potencial. Por si acaso.

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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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