QUIROMANCIAS

No te preocupes por los problemas. Ahi esta Fernanda para resolverlos. Da igual que sean laborales, sentimentales, familiares o caracoles que no tengo ni puta idea de lo que es. O, dicho de otra forma, que tu mujer piense que eres un Dios ególatra, tu jefe que un cenutrio o te hayas remontado hasta la injusticia de los regalos de tu primera comunión con tu hermano pequeño, que, previa compra de su pack 24X7, Fernanda te los resuelve.

Lo que más me reconforta es que no hay margen de error. Se presenta con un lapidario 100% Garantizados que desbanca a cualquier invocación a la prohibición de la publicidad engañosa. Precisión avalada. Y la precisión en el objetivo hace que se le perdone unas pocas faltas de ortografía. A quien le importa si puedes conquistar a tu damisela.

Salí a buscar placebo a mis dolores de cabeza y ella me encontró. Posada en un espejo frontal de un coche. En una cartulina DIN A3. Pena no haber recurrido a ella para tratar de enderezar el rumbo de mi fin de semana deportivo. A mi Gerni le colaron siete en Logroño y al Bilbao Basket de mis desvelos devolvió la victoria de Valencia. Perra vida.

Es Fernanda la única capaz de ahuyentar el olor a todas esas cosas que están bien un minuto antes de que empiecen a estar mal. Ese don que no esta al alcance de las pobres criaturas terrenales que tratamos de enderezar a duras penas nuestra vida, que no es otra cosa que lo que transcurre cuando estás ocupado haciendo otros planes. Sobre la base de la lógica, el esfuerzo, el trabajo o sencillamente arriesgando al 9imparyrojo. Qué pérdida de tiempo.

Fernanda hubiera evitado el descarrilamiento de todos aquellos que tienen el arte de elegir mal muchas cosas en su vida: la ciudad donde viven, a los compañeros de cuadrilla, los amigos a los que confesar el secreto inconfesable, a la media docena de mujeres que habían amado, a la contraparte de su matrimonio y elegir mal su profesión.

Chica9 no entiende de dónde mana la fe inquebrantable en la quiromancia de Fernanda.

Ella se lo pierde. O no. Si hubiera acudido antes de las nupcias hubiera podido atisbar la incompetencia en sede de su compañero de penurias con el que aun comparte la magia del viaje.