CUADRAGÉSIMO TERCER DÍA DEL APOCALIPSIS: EL IMPAR.

Hoy me toca hacer de altavoz. Ayer me llamó un tipo de Gernika, amigo desde los tiempos de hierro, esa juventud en la que piensas ingenuamente que aquellos que te rodean formarán parte de tu vida para siempre.

Tú, que estás acostumbrado a contar, escribe mi historia bien narrada, me dijo. Estoy hasta los cojones de este confinamiento, porque nadie se acuerda de mí. Ni el Gobierno de Madrid, ni el de aquí, ni la Diputación, ni el Ayuntamiento, ni la tele, ni la radio, ni los que aplauden. Nadie me ha hecho ni puto caso en los últimos cuarenta y tres días, es como si me hubiera muerto,

Quien es?-os preguntaréis. Pues nada más ni menos que un soltero, que vivía felizmente en su sola compañía hasta el momento en el que la plaga bíblica le achicó los espacios. 

Mi amigo, vamos a llamarle Z, se quejaba amargamente de que, al principio dejaron pasear a los perros, pero como el no tenía perro, no podía salir. Después, mantuvieron la visa de salida para las actividades esenciales, pero el es autónomo y como no vendía una escoba, tampoco le dejaron oler la calle.

El próximo domingo abren compuertas a la infancia, pero, claro, como el no ha tenido hijos, ni proyecto después de encadenar media docena de relaciones, todas con producto nacional del poblado, tan lamentables como fugaces, tampoco podrá dar vueltas circulares en el radio de un kilómetro de su casa.

También, se me quejaba amargamente del cierre de los bares y de la desesperación que le provoca el no sentir cualquier tipo de signo de vida humana en el exterior. Dice que nadie se ha percatado de que, los lobos solitarios como él,  que habitan pueblos y ciudades, se socializan en torno a una copa de vino y un cigarro fumado en compañía en la puerta de los garitos. Que, más importante que abrir una tienda de informática, de chuches o una fotocopisteria, esta el velar porque íngrimos como él se salvasen de la pira del suicidio y retrasen su visita al Creador.

Cogió carrerilla y me habló de su necesidad sexual, más desatendida que los confesionarios de las iglesias. Después de reconocerme su alicorto planteamiento, salir viernes y sábados en el mismo pueblo con otros desparejados en busca de desparejada ebria, me dice que algún que otro sábado de verano que acababa en dos, consiguió ligar, y por lo menos, la ilusión de hacerlo le insuflaba ánimo y cierto gusto por la higiene personal y el acicalamiento.

Pero que ahora lleva quince días sin ducharse, porque no quiere escuchar el ruido de la lavadora que aborrece. Piensa que, para no cruzarse en el pasillo con ningún ser viviente, ni puta falta que hace oler bien, y, en el fondo, menos agua gasta. Que los emparejados, por muchos bastos que pinten en la relación, seguro que han capitulado con la de al lado para regalarse un alivio rápido.

Z considera todo esto injusto, porque paga IBI, agua, luz, hipoteca y tasa de basuras sin repartirlo con nadie, y se siente completamente discriminado. Al ver las fatigas que pasaba, me pareció un detalle el juntar las letras de hoy en homenaje a esos cartujos a los que el baile del Covid les ha pillado desalineados con la sociedad aplaudidora..

Es que, al final, no esta hecha la vida para afrontarla en modo impar.


Etiquetas
Compartir
Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
Posts relacionados
GUALTRAPA
MUSEOS
ASUETO