TRIGÉSIMO QUINTO DIA DEL APOCALIPSIS: EL MIRON.

El enchiqueramiemto nos ha vuelto voyeuristas. Todo lo que no puedes ver paseando por la calle o desde la ventana del asiento del copiloto, tratas de visionarlo desde el balcón o el vidrio del ajimez.

Tampoco es como James Stewart en La Ventana Indiscreta, que durante una convalecencia descubría un asesinato, pero vas haciendo tus pinitos. Al fin y al cabo, como diría García Márquez, la verdad tiene más cuartos que un hotel de putas.

Cuando sales a aplaudir, y gilas la ventana de al lado, vas completando la famola de las cartas. La gorda siesa con la que coincidías en el ascensor está casada con el delgado parraplas, ese al que encontraste un día en el portal ligeramente achispado. Y su hijo es ese repelente , clavadito a Manolito Gafotas, al que pillaste un día metiéndote paquetes vacios de patatas fritas en tu buzón.

Cada día encerrado, es un recopilatorio de información vecinal que haría las delicias de cualquier comisario político del Komitern. Tras tu última siesta, te levantas enterado de que la modosita vecina de arriba sufre de furor uterino,  acuciada por el lerdo de su marido, que a ti siempre te ha parecido un mosquito muerto. Y tu mujer te confiesa asombrada que Doña Virtudes y su marido, que os parecían los protagonistas de la canción de Amarraditos de María Dolores Pradera, llevan penando el confinamiento a grito limpio de maldito sea el día que te conocí en el chicharrillo de La Casilla de 1951.

Sin contar los dos pequeños terroristas que viven abajo y que a medianoche se ponen a saltar como bellacos. Parece la escuela de equitación.

De los del edificio de enfrente sólo tienes información visual, como si fuese una película muda. Has advertido lo fuerte que pisa la familia del quinto, por el derroche de vestuario de la Doña, que sale a cada día con un modelito distinto, bata de seda azul incluida. A los de la terraza, les intuyes cartesianos y un punto clasistas por que el tipo sale todos los días.  invariablemente a las cinco de la tarde, ataviado con un niki Lacoste y un pantalón de pinzas, a hacerse setecientos largos de dos metros cada uno por los contornos del balcón.

Los de la Entreplanta te parecen la Familia Adams, porque van vestidos veinticuatro horas al día como si fueran a saltar a San Mamés. Sin preocuparse de esconder las lorzas que coleccionan en compañía todos los miembros del clan para evitar que uno solo se ponga celoso, ni en el caso de ella los pelos en las piernas que parecen los de los Golfos Apandadores, aquellos tres maulas que iban a robar el depósito al Tío Gilito.

Esa radiografía con treinta y cinco días, piensas para tus adentros. Si a Mr Sanchez se le ocurre prorrogar la reclusion durante tres semanitas mas, eres capas de contarles los glóbulos rojos y hacerles  la declaración de la renta desde el balcón 


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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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