COMPLEJIDADES

La Junta Administrativa de la Plaza de Toros de Vista Alegre nos felicita el 2019 comunicándonos la prórroga del contrato de gerencia taurina con la empresa Martínez Flamarique, (sin desvelar por cuantos años se produce) por la vía de mantener el modelo de gestión actualmente vigente. Y escuda la extensión contractual “en aras de asegurar la organización y celebración de la Feria Taurina de 2019” (sic).

Habrá quienes aplaudirán la actuación bajo el argumento de que, por lo menos, nos garantiza la pervivencia de los toros en Bilbao cuando algunos ya lo dudaban. Los primeros, los corifeos del establishment que glosaran desde sus atalayas pesebreras lo acertado de la decisión poniendo en valor lo bien que se hacen las cosas en Bilbao. Estómagos agradecidos les llaman en gira hacia la siguiente meta volante de la loa lisonjera que les de réditos

Un año más, y ya van más de veinticinco, ocuparé mi localidad en tendido del cinco. Pero no es posible a mi juicio el orillar el mensaje principal que envuelve la renovación. Y como guinda, idiotizar al aficionado de Bilbao que aguanta estoicamente a pesar de la dieta de pan duro y mondaduras de patata a la que nos llevan sometiendo desde ya hace demasiados años.

Soy consciente de que para no mojarse los pies lo mejor es evitar los charcos, pero harto de que tomen por tonto al personal me da igual el dolor de barriga del que leyere, y he de confesar que mi  criterio es absolutamente contrario a la prórroga express que nos han recetado. Y ello por las siguientes razones:

A) Vuelve a poner nuestra plaza en las mismas manos que llevan arrojándola al desfiladero de la mediocridad durante los últimos años. Exactamente lo mismo que si pones a la zorra a proteger el gallinero o a un cleptómano como jefe de seguridad de un centro comercial.

Una Junta Administrativa, integrada al alimon por los dos propietarios del inmueble, más preocupados porque no les toque echar de comer al negocio que por tratar de insuflar savia nueva al moribundo.

Para los que la palabra inversión está proscrita y parece reservarse para ese mesias que resulte adjudicatario del pliego nasciturus y que nos lleva atizando demasiado tiempo con su indolencia y carcunda. Y que se muestran refractarios a atajar uno de los males endémicos como los estratosfericos gastos de estructura que, sin saber muy bien para que, se mantiene los trescientos sesenta y cinco días del año.

B)  Recurre al mismo gerente taurino. El que suscribe es uno de los mayores defensores de la familia Chopera, a quien considera profesional y trabajadora para el paño que se gasta en los arrabales taurinos. Pero, no olvida lo chusco del tejemaneje que les ha llevado a gerenciar Vista Alegre los últimos cuatro años en virtud de un contrato blindado.

El mismo contra el que se quejaban amargamente los responsables municipales poniendo el grito en el cielo por hipotecar su margen de maniobra y que juraron no prorrogar. No hace falta que nadie me lo haya contado porque lo vieron estos mismos ojos.

C) Porque revela la indolencia, la desidia y la negligencia de los responsables de estas lides en el Ayuntamiento de Bilbao. Los mismos que se llenaban la boca en agosto prometiendo fechas de advenimiento del pliego, plazos temporales dilatados y condiciones leoninas de inversión para el adjudicatario.

Que ahora pretendan hacer biseles con la composición público privada de la propiedad, o las especiales circunstancias que deben de concurrir en el adjudicatario de un pliego taurino de una plaza de primera categoría como si fuesen circunstancias sobrevenidas que deriven del estallido de un Big Bang planetario me haría miccionar de risa. Lo que pasa es que soy de vejiga prieta y como habitante del Urdaibai poco dado a la mueca.

D) Finalmente, y quizá sea por el pesimismo que derrocho al peregrinar hacia mis religiones perdedoras, sea del jaez artista (toros) o del deportivo (Gernika y Bilbao Basket), porque barrunto una nueva edición de las corridas generales plúmbea, sin alicientes, con las mismas combinaciones mortecinas y una nueva bajada de asistencia y, lo que más temo de la presentación de lo  que personalmente me hace merodear un albero, el toro.

Reconociendo que se trata de perjuicios, han de aceptar que están hondamente sustentados en una mezcla de empirismo acendrado y de moraleja refranera extraída de aquel que decía “para lo que me queda en el convento me cago dentro”

Como corolario, será que con el paso de los años me voy haciendo un romántico pero al leer en la nota la referencia a la Feria Taurina del perpetuo Javier Aresti, he recordado al añorado e inefable Luis Díaz de Lezana tronando a viva voz pero donde habréis visto vosotros toros, en Bilbao no tenemos feria taurina tenemos Corridas Generales. Y es que para lo que les queda en el convento,.....l