SÉPTIMA DE LAS CCGG: EL DEL PUERTO.

Aires de vendetta en Vista Alegre. Soplados desde la ilusión de quien se convirtiera de un outsider desde las catacumbas del toreo. Y que, hasta anoche, andaba desterrado por los próceres del taurineo en el cuarto de los juguetes rotos. Para muestra, la de ayer era su primera comparecencia de la temporada en ruedos de primera, con dos únicos pasillos en plazas de paisanaje, Arnedo y Alfaro.

La pregunta es si el descomunal derroche de torería le servirá para algo tal y como esta montado el instalache. Por lo menos, espero que le dejen seguir luchando a la contra. Que lo disruptivo tiene su interés en un mundo trufado de promesas más falsas que las palabras de Judas Tadeo. Aunque solo sea por seguir dando canchita a un tipo como Villapando, cuya siniestra figura, recuerda a la de aquel Amedo que, en el tiempo que le quedaba entre meretriz y timba, ejercía de satrapa desde nuestro palco.

El no haber visto pitón en todo el año, se le noto en su primero, al que, a pesar del trofeo, no llego a diseñar una faena compacta. Se perdió en muletazos, tan buenos como sueltos y, como decíamos ayer, ligar es básico, no sólo ante la cara del toro, sino en aquellos momentos en los que la vida te pide el santo y seña.

Clasicismo y despaciosidad son los términos que mejor pueden definir la tarea al último de los Lozano Boys que saltaron a las cenizas de Vista Alegre. Fue corrida mansita, de las que gustan de salir escúpidas al notar el frío cortante de lo que les lanzaban desde los aleluyas. De embestir a media altura, de querer rajarse, de comportamiento desabrido, de arrobas de soseria. Se salvaron los dos de Urdiales. Que tuvieron transmisión y cantaron ese tranco de más tan Nuñez. Lote grande, de los de triunfo. Que se cobró.

Ponce continuo tirando líneas con su habitual pulcritud. En el primero, la distancia entre toro y muleta era mayor que la que existe entre el credo de los antitaurinos que dieron la murga en el exterior y los recalcitrantes que nos sentamos en los tendidos. Entre los primeros, me ha sorprendido ver a los representantes de un grupo autodenominado como Gladiadores por la Paz. Menudo oximoron. Que se lo hagan mirar.

El Juli bastante tuvo con despenar a los dos Lozano Boys de comportamiento más abrupto. Al menos lo hizo después de mostrar al respetable  un buen popourri de embestidas desclasadas y mansurronas.

La pregunta que me rondaba tras finiquitar la tarde es si, en el caso de no haber existido el precedente de Roca Rey, se le hubieran concedido los dos trofeos, tras un pinchazo (también sin soltar). Nadie lo sabrá. Pero no se porque, se me antoja que es lo mismo que lo del sorteo de los toros que ha montado para la feria de otoño el napoleón de Las Ventas. Que no es lo mismo hacérselo a Emilio de justo que a Manzanares.

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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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