GENES (GUEZURAGA)

Chica9 no termina de entender un goterón de sangre que recorre nuestras venas. Ese por el que, completamente a deshoras y equivocando latitud y longitud, nos inunda un furor de descubridor pinzoniano que tira de nosotros. Un impulso por recorrer aunque hayamos de capear furias y tempestades. Aquí y ahora, sin que quepan demoras o aplazamientos.

Más o menos lo que le ocurriría a Livingstone cuando le atrapó aquel deseo irrefrenable que era el de descubrir la fuente del Nilo y salío a la amanecida aunque tuviera que desbrozar kilómetros de matojos. En nuestro caso, más mundano porque acaece en la Bizkaia profunda y por mandados bastante más terrenales.

Vamos con ejemplos para que se entienda el asunto. Mi aitite falleció atropellado un dia de Año Nuevo en el año menos 3 de mi  biografía porque se empeñó en dar de comer a los perros de un ámigo. Estoy seguro que ni reparó en que aquel madrugón iba a mezclar su huso horario con el de aquellos que volvían después de remojar la noche de San Silvestre. Pasarían dos coches por la mitad de Busturia en toda la mañana y uno era el que tenia su nombre en el capo. Todo es caos, suerte, casualidad, y cuando uno muere, no hay cielo ni Valhalla ni otros cuentos chinos.

De los dos hermanos de mi aita, uno seguía haciendo hasta hace poco tiempo tracking invernal a pocos metros de donde vivía el Yeti. Hasta que, después de un percance, un médico le dijo que diera la vuelta al DNI y detuviera su mirada un rato en el campo fecha de nacimiento para contestar por sí mismo si volvería. Sigue frecuentando las montañas.

Mientrás que el otro, vida azarosa desde un depósito infinito de inteligencia que dispensaba únicamente para consumo propio, aprovecha la primera claridad para andar hacia ninguna parte. Apostó su vida a lo que visualizaba como un bello sueño, que era su dueño, tras lo que voló hacia otras disciplinas mas meritorias como la ornitologia o las clases de guitarra. Todo de amanecida.

Y qué decir de mi aita, que si decidía que los mejores pimientos entreverados de esta parte del planeta terráqueo estaban en Cuzcurrita hasta allá se dirigía aunque tuviera que tomar café en el único bar abierto para que pudieran desayunar los panaderos. O aquel dia en que decidió que si llegabas pronto al puerto de Lekeitio podías comprar pescado de las descargas y llegaba antes de que pusieran ni siquiera el hielo en la cofradía.

Ese cordón umbilical me sigue bombeando gas licuado. Por el que un martes de febrero me surge una necesidad de salir a andar a las diez de la noche con destino al barrio de Betolaza, situado en la ladera baja del Tourmalet, porque quiero sacar una foto que me cuadrá perfectamente con una de mis posts. Ese mismo que solo leen cuatro desarrapados sociales que no han conocido los paraísos terrenales del pintxo pote o el vermouth con rabas de los domingos.

Para tratar de que entienda lo imposible le digo que ese gen debe de ser muy potente cuando no se ha aplacado en todo un siglo, durante el que el pais, se abrió al mundo. Cuando desdeñó la radio y comenzó a llenarse de televisores; se había hecho democrático . Deaspués, cuando, gracias al color, advirtió lo grisácea que había sido la dictadura de Franco;. O en ese momento en el que la mujer se liberó de la tiranía de las faenas del hogar, ese momento en el que implicó al marido, auxiliada porque las tiendas de electrodomésticos ampliaran sus escaparates para mostrar que lavadoras, aspiradoras y lavavajillas estaban al alcance de cualquiera; Habíamos comenzado a sentirnos seguros y poderosos  en aquel momento en el  que el mando a distancia nos descubrió que, sin movernos del sillón, podíamos cambiar de canal, o de música, controlar el frío o el calor, abrir o cerrar puertas.

A pesar de todo ese periodo de consecución del estado del bienestar algo ni cambia. Los Guezuraga y sus recorridos intempestivos y fuera de sazón. No tenemos orden como dice Chica9.

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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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