RECADISTAS

A Chica9 le ha dado la fiebre de comprar por internet. Con la voracidad del neocomprador. Esa que le imbuye un ansia de descubridor, como si supurara la sangre licuada de Cristobal Colón y los Hermanos pinzones, cuando descubre lo que ella piensa es una ganga. Lo que no sabes es que el algoritmo lo interpreta como un margen prohibitivo que se reparten Amazon y el fabricante, con la misma glotonería que el buitre que sobrevuela el ganado en las vísperas de perecer.

Como le ha dado por los muebles, sección terraza que por algo viene ese verano vasco en el que solo puedes salir a la terraza media docena de días, me los he topado cara a cara. A ese gremio que antes se llamaban recadistas y ahora son trabajadores logísticos. En el más puro estilo semántico de contar lo contrario de la realidad. Como el que te va a largar un discurso que anticipa con un voy a ser breve que presagia extensa tabarra.

Mi reciente relación con ese cuerpo laboral refleja es la pura historia del escapismo defensivo. La regla de oro es que te largan el paquete “a pie de calle”. Esa por lo que, la comodidad moderna y su escasez de tiempo provoca que te suelten el producto en la puta calle, como si fuera un escupitajo, o el papel de los churros o del Kebab, que, por grasiento, una vez engullidos, ni te planteas subirlo a casa.

Eso sí, los problemas te surgen antes en la penitencia previa Da igual el lapso horario que te marquen para la entrega, dos horas o  toda la mañana o la tarde. Nunca cumplen.

Cuando les llamas percibes dos cosas. Una, que, de tanta bronca de clientes torturados, han desarrollado piel de galápago por lo que lidian  ese tipo de llamadas como si estuvieran escuchando croar a media docena de ranas. La segunda, que si llegan tarde es porque andan aperreados tratando de encajar una jornada laboral con mas estaciones que el vía crucis de la via dolorosa, por lo que, nunca mejor dicho te apiadas de ellos.

Cuando aterrizan responden siempre a un patrón. Pareja, al estilo de El Gordo y El Flaco, donde sólo uno habla y el otro ejecuta. Suelen ser de uno de aquellos países que salían en la escaleta de presentación del 300Millones, aquel programa ochentero que presentaba Pepe Domingo Castaño.

Desembarcan de una cutrefurgoneta que paga más de prima de seguro que el que pagaba la oficina del BBVA de Ondarroa en tiempos del terrorismo para que les limpiaran las pintadas con el bulto en ristre embalado en una caja de carton. El que habla te larga el recibí con un boli con mas grasa que  la que guardaba el ventilador del Grosly para conseguir el único objetivo, que le firmes el recibí, (en papel que  en las cloacas del transporte no hay dispositivos elecrónicos) y salir volando.

Como han llegado dos horas tardes y te ven la jeta de asesino en serie, Mudito, siguiendo las indicaciones de Jefe, te lo encapsula en el ascensor, que bien mirado es un pie de calle con elevación. 

Para meter aquel muerto en el interior de tu casa te las ves y las deseas. En aquel momento, cuando Jefe y Mudito estarán a veinte kilómetros calmando las iras de otro desventurado con un taburete hidráulico o un despensero reversible, te das cuenta que esta sudado, sucio, se te ha roto el botón de la camisa en el último estirón de la caja y te baila la segunda vertebra, esa que no te daba guerra desde segundo de B.U.P.

Y, por si fuera poco, te queda desembalarlo y montarlo, lo que constituye el mayor ejercicio rompe parejas que puede existir,

La decisión juiciosa la adoptas cuando, de vuelta a casa, pides una tarjeta en El Corte Inglés para Chica9 sin límite de crédito. 

El dinero mejor invertido. Lo barato es caro decía mi Amuma Paquita. Y el dinero del pobre va dos veces al banco, profesaba mi otra amuma.




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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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