CAFEINISTAS

Otra de las características de nuestros abigarrados tiempos es la necesidad de categorizar. La grey gusta de adscribirse en clanes, lo que facilita el deambular en sociedad por aquello del gregarismo y el enemigo común.

Surge así ese el sentimiento pandillero, ese estado de ánimo gregario que se da en tantos animales que hace a los individuos formar parte orgullosa de un organismo compacto y en marcha que imprime norte a sus mañanas. Mediante una estructura más simple que la de un llavero del Naranjito, el que no pertenece a ese clan es innegablemente inferior al que está dentro.

Y así surgen los dos bandos irreconciliables, los taurinos y los antis, la Macarena y el Gran Poder, el urbanita y el rural, el Madrid y el Barca, el fumador y el abolicionista, la progresía y el facherio. Una suerte de yin y yang que se confabulan como fuerzas opuestas que componen un todo. Y solo mediante una se explica la necesidad de la otra. Se retroalimentan, enceladas como el hamster pedaleando en la rueda en este juego de si tú afirmas yo niego.

Para, por una vez, subirme al carro de la modernidad, voy a contribuir a la categorización, incorporando una diferenciación de nuevo cuño surgida de las observación; aquella que enfrenta a los cafeinistas, aquellos que en su periplo vital ingieren cafeína con fruición con los teistas, que reniegan de los primeros y sorben té como si les hubieran parido en una jaima beréber.

Esta diferenciación la he construido sobre la teoría de que puedes conocer el carácter de una persona atendiendo solo a aquel de los dos líquidos que bebe. Así, los que toman té suelen supurar serenidad, marcando impronta desde el momento de su preparación, que ejecutan en una performance de movimientos vaporosos ajena a cualquier atisbo de prisa. Suelen ser seres reflexivos que encaran la vida sin estrés y emanan a su paso un aura de paz.

En cambio, la dieta cafesera suele ser propia de tipos más impulsivos, que muchas veces profesan el repentinismo y se dejan llevar por los sentimientos del momento.

A diferencia de los teistas, que suelen ser tipos caseros y hogareños a los que sólo colma realmente con un té preparado el hogar, los cafeinistas son personajes callejeros que tienen cartografiada la ciudad en función de los locales en los que saciar su adicción. Suelen vivir rápido y moverse de forma agitada como si vivieran de continuo en las vísperas del peligro,. Igual que ese torero menesteroso al que siempre ves cogido.

Por ejemplo, a un téista nunca le veras andando por la calle con un té en un vaso de carton. De esos que solo debieran estar autorizados para portar muestras de orina y que transporta la sección más cool de los cafeinistas.

Sólo pido que se aplique la neoteoría al personal que habita en el ecosistema de casada uno; a que encaja?


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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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