La cábala de la ruleta marca que rojos/negros se contrapongan en la primera, segunda, tercera y cuarta decena de sus treinta y seis números. Vamos que lo que en la primera decena sea impar y rojo, por ejemplo mi 9 fetiche, en la segunda será impar y negro. Y así sucesivamente.
Esa alteración no se produce en la sociedad actual que esta hecha para vivir en pareja por pura necesidad logística. Así, si bien a todos nos gusta hablar de independencia, vivimos en un ecosistema que no acepta fácilmente a las personas que viven solas. En los pueblos y entornos rurales, al igual que somos capaces de guardar durante décadas el recuerdo de un pequeño desprecio como guardan en los desvanes las viejas herramientas cuyo uso ya nadie conoce, si son hombres, se les mira con desconfianza, como si ocultaran algún vicio al que tendrían que renunciar viviendo acompañados. Por el contrario; si son mujeres, se las mira a menudo con maledicencia, como si estuvieran inhabilitadas para generar dicha en el prójimo de forma sostenida en el tiempo.
Así, que entre todos nos empujamos a vivir en pareja y el entorno nos va achicando poco a poco los terrenos para que, por pura decantación, capitulemos en nuestra sociedad en la búsqueda de una tierra prometida que no siempre lo es. ¡Como si no fuera más fácil sobrevivir a la soledad que sobrevivir a los conflictos, los grupos del whatsapp del colegio, las navidades, las esperas nocturnas al hijo pródigo, o a las tensiones de la logística familiar.
Para ejemplificar la discriminación negativa del impar, pongo los ejemplos que ahora me vienen a la cabeza:
A) Las bodas. El pago por pareja es siempre inferior al doble del soltero o divorciado. Siempre he pensado si por estar solo come mas. Además, si no te casas nunca o lo haces tarde porque siempre me ha parecido que celebrar bodorrios a partir de los cincuenta me parece una ordinariez terminas financiando a todo tu entorno pero ¿quien te financia a ti?
B) Los hoteles. Lo de la habitación individual versus doble me ha parecido siempre delirante.
C) La hipoteca. No es lo mismo endilgársela en solitario que juntando peculio.
D) El descuento familiar. En el mercado actual no hay más que ofertas de descuentos familiares agrupación de costes por proles,…Como tu estas solo nos te alcanza.
E) Los Impuestos. El IBI te lo zampas tú, en el IRPF no puedes más que tributar contigo mismo,…
F) Los alquileres. Tu solvencia se acaba en ti mismo por lo que el pérfido casero externa su celo para darte el plácet. No puedes meter animales y si metes personas sigues garantizando al host.
G) La compra. Nunca puedes subirte a las economías de escala, ya que el bote de tomate familiar se te termina enmoheciendo en el frigorífico por lo que rápidamente entiendes que te cunde más hacerte con las mini dosis.
Gracias Chica9. Una vez más.