Chica 9 no sabia lo que era y yo no era capaz de explicárselo. Todo surgió de un excompadre, ASMI, que se trajo en los ochenta al poblado una novia desde territorios de ultramar. Inglesa, más concretamente.
En su bautismo playero, eran veranos en los que todos las tardes acampábamos en la playa de Laga. Otro de mis compadres profirió la frase que se quedo como acervo cultural de mi cuadrilla “Os he encontrado por el destello del forespan de la piel de tu novia”.
El cutís de la inglesa, podia llamarse Lisa o Monny (seguro que ni el facineroso de ASMI se acuerda), era refractario a los rayos uva, ya se sabe que en Plymouth los baños de sol no son moneda de curso común. Aquello saltaba a la vista y me quedó para los restos el resorte mental del forespan para referirme a las pieles lechosas.
Ayer, en mi cita semanal con el cantábrico, un refilonazo visual me llevo a ver la piel del torso y la frase me salió sola. Por primera vez en mi vida, soy un forespan la víspera de San Pedro. Puro poliestireno extruído, el que se utilizaba cuando era joven para aislar, separar espacios y, al fin y al cabo, para todo en la construcción ochentera.
Comoquiera que no hay nada más humano que hacer recaer en terceros las culpas de tu propia ruina, voy a embestir contra los apologistas del cambio climático y todos los que mantienen que el clima vasco encarna la quintaesencia metereológica. Todos esos mentecatos con su perorata de las noches frescritas y esa sandez insuperable de lo bueno que es no sudar en verano.
A la brigada vasquista del verano perfecto le recuerdo que lo bueno de la canícula es sudar, buscar una sombra, sufrir porque el bañador del año anterior no te entra o descubrir en la playa que se ha quedado más caduco que el que llevaba Fraga en Palomares. Que las entonación de las tres sílabas de la palabra “verano” han de conducirte a refrescarte, a no dejar que baje la espuma de la caña para embaulartela o a elegir el sabor del cornete.
Y si les quedan dudas, les concierto un debate con los portavoces de la asociación de afectados por la morterada de 6.000 euros al mes en la casa de veraneo de Plentzia o Bakio o con la confederación de propietarios de txiringos playeros 2024. A ver si les convencen de que es chupi(simo)