CAMPEONAR

La primera vez que escuche la mamarrachada de que las finales no se juegan, sino que se ganan, intuí que la extinción de la raza humana se acercaba.

Las finales se disfrutan justo hasta el mismo momento que comienzan en un flujo constante de ilusión. Ese que se alimenta desde la misma preparación del viaje con compañeros y pertrechos. Y que encuentra el cenit la jornada del evento, donde te sientes rodeado por aquellos que sienten los mismos colores, porque un día su abuelo, Aita o la divina providencia le vinculara aquel credo.

Es jornada en el que la sangre licua en disfrute y no existen hipotecas, recuperaciones del pequeño, resquemores de pareja ni demás remoquetes cotidianos. Es un oasis en el que, al verte reflejado en iguales, el gregarismo te hace invencible.

Sólo hay un riesgo. Confundir esa sensación con el superpoder de la invenciibilidad. Es pecado de juventud que se pasa con la edad, por lo que supongo que no lo sufría mi compadre ME, al que dedico este post por su singladura osasunista de este fin de semana.

En tiempos pasados, el asunto de las copas era el durante y una excusa de salir de la rutina haciendo gala de tu procedencia en una especie de exhibición regional. Todo el mundo disfrutaba, por que el partido en sí era la excusa.

Ahora, donde todo se mide por el resultado, sólo cabe campeonar. Y si no ganas, lo que siendo seguidor de equipo pequeño (la honda sólo acertó a Goliat una vez) es lo único que puede dictar la lógica, hace brotar una sensación de looser.

Cuando realmente has ganado. Por ser de equipo pequeño, por honrar a tus raíces, por respeto a los que te enseñaron la senda del valor que no caduca.

Y en mi caso, por hacerle caso a los fanáticos, como decía Angelito Delgado, blanquinegros cuando cantaban;

Ser de equipo grande es muy fácil, siendo del Gernika yo me siento mejor.

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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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