5 Y 2

5 y 2. Suman 7.  Como los que se juntan hito a una mesa. Y si los juntas, representan la frontera entre un pasaje y otro de la vida, esa franja intermedia en la que el sueño ha dejado de ser sueño pero ya empiezas a intuir que jamas va a ser del todo realidad.

También es cuestión de géneros. Siempre he pensado toda evolución positiva que podamos tener los hombres finaliza poco después de cumplir la cincuentena. A partir de ahi, se nos acrecientan las rarezas y degeneramos. Lo mismo que contestaba el gran Luis Mazzantini y Eguia, cuando le cuestionaban sobre el cómo de su viraje de torero a Gobernador de Guadalajara.

En el caso de las mujeres, es todo lo contrario, ya que la cincuentena es su época más luminosa. Tras una etapa en la que son rehenes de la convención, la familia o la rutina, estiran hasta el infinito una ebriedad como de fin de fiesta que se resiste a extinguirse.

Pienso en que en esta generación del Baby Boom nos pasamos cinco décadas esperando. Esperamos a acabar una carrera, esa que realiza personalmente a unos padres a los que les tocó una generación en que no había posibilidad de cursarla o a que los hijos crezcan. Tratando de esperar a la promoción laboral, a que se termine de pagar la hipoteca, primero la de la vivienda habitual y más tarde a la de la segunda residencia. Esperamos que nuestro equipo gane por fin un título y tengamos algo de lo que llevarnos a la boca y nos sirva para explicar a nuestros hijos porque tratamos de contagiarles la ilusión por unos colores.

Y a los 5 y 2 terminas con la espera y, o bien no esperas nada y aquello te deja varado como el galeón en la arena o bien te das cuenta que no esperar y recibir naturalmente aquello que se te presenta, no es para nada un mal plan. Sobre todo, si lo que te espera es un segundo vuelo en el que te desplazas sobre corrientes de aire que te llevan sin programar. Que no hay una cosa más cansada en la vida que programar y tomar decisiones.

Me pregunto si nuestros padres esperaban como nosotros lo hemos hecho corriendo como los galgos detrás de la liebre. Y me contesto que no. Nuestros abuelos aun menos. En el momento en el que, recién casados, les regalaban una lámina con la imagen de Pío XII impartiendo la bendición desde la silla, sabían que ahí se iban a quedar para los restos.

Eran mucho más felices que nosotros, sonriendo en las celebraciones vestidos con una elegancia pueblerina y extemporánea. Creyendo que el San Cristóbal les protegía de los accidentes, el San Pancracio daba suerte en los negocios y el detentebala protegía al soldado en las guerras.

Menos mal que un lustro antes de cumplir los 52 deje de esperar porque ella apareció.

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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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