DIA 1

He aprendido a saborear el día de año nuevo. Probablemente sea por su gen contracorriente. Se escucha el silencio, y te llegan sonidos (por ejemplo las campañas de la Iglesia) opacadas por la rutina vocinglera y los minutos duran más de sesenta segundos.

Nadie aguarda a nadie, no hay efluvios, llamadas ni mensajes, resaca de una noche catatónica de comunicaciones, y se masca ese tedio que te lleva a una embolia vital de lo más placentera.

Para buscar fechas que se puedan comparar, tienes que saltar hasta la tarde de Viernes Santo (no hay una sensación de entumecimiento social mayor que la de la siesta de Viernes Santo en una capital pequeña de provincias), la tarde del día de Reyes o algún domingo de canícula veraniega. Esos en los que lo urbano se queda desolado y escuchas tus propios pasos y latidos en una ciudad vacía.

Escribo sentado al sol a que Chica9 y su ama salgan de misa, y me doy cuenta de que tienen que llegar días como hoy para dar tiempo al tiempo. Los bancos de Jardines de Albia registran pleno de ocupantes solitarios como yo, que se limitan a reflexionar.

Como dice mi compañero JU, al que visité con Chica9 la tarde de nochebuena, no es cuestión de tiempo es el tiempo mi cuestión. Los días se te van embarrando y se te vuelven largos como un tren de mercancías, en donde se van enganchando vagones y más vagones en forma de trámite.

Barrunto que en los pueblos los días tienen siempre un vagón para pensar. Por eso cuando llegas a uno pequeño, principalmente en Castilla, te encuentras siempre a un anciano sentado, da igual en el banco de hierro del Círculo Católico o recostado en el espacio que dejan dos mojones. Ha visto su existencia correr a toda velocidad y concluido es que lo mejor es descartar la prisa y observar lo que venga.

No se si existirá un componente evolutivo en la senectud. Pero al igual que los rostros jóvenes se caracterizan por carne y brillo, los de los adultos por la forma de los huesos, y los de los ancianos por la expresión que dejan las arrugas, cuando te haces acreedor de la arruga pillas el tempo al devenir vital.

Aunque sea tarde, descubres que el placer es estar vivo. Pero para alcanzar ese estado de es necesario atravesar todas las fases y consumir una vida plena y satisfactoria.


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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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