LOBOS

El hombre es un lobo para el hombre. Siempre he creído que ahí radica la razón del cainismo, ese barniz que lleva impregnada la piel humana.

En las circunstancias adversas, las propias de periodos de carencia, es normal que se agudice. Por ejemplo, en esa posguerra española donde los vencedores refregaban a los que estaban bajo su bota lo asesinos que habían sido. Música de viento proferida en un decorado de procesiones, miseria, frío en las casas, viviendas angostas, insalubres, y ropas viejas y zurcidas a base de artísticos remiendos… ¿Cómo no se iba a destilar un odio fratricida?

Setenta años después, el sainete del Mundial de Qatar hace que arrecie el aroma a lobo, con dólares ensartados en los colmillos. Vaya por delante, que todos los acrónimos como FIFA, UEFA o CONCACAF me llevan directamente a pensar en cuatreros enredados en pillajes en el patio del Monipodio, pero en la rueda de prensa del cuatrero jefe, Infantino, una frase me ha hecho pensar.

Qué fácil es para quien está al otro lado del planeta criticar sin cesar a Qatar desde el sofa de su casa, cuando no mueven un dedo para intentar cambiar las cosas.

Poco me interesa el mundial, ni demasiado un deporte que, desde que es moderno y comercial, ha dejado de tener alicientes para mí. La designación de Qatar la veo igual de trolera que la publicidad del día del padre de El Corte Inglés o la engañifa del Back Friday (lo que hay que hacer para sacar al pueblo de compras en un mes de días cortos y lluviosos como noviembre)-

Por eso, y por mucho que en este caso haya un carromato de razones para cuestionar el sainete qatarí, (los aficionados fuleros me han parecido lo más), no dejo de darle la razón al jerarca futbolero en una cosa. Una de las grandes lacras de la sociedad moderna es criticar mucho y hacer poco, o nada. Por eso, me gusta ver manifestaciones, sobre todo en otoño e invierno que es cuando más mérito tiene procesionar.

Me recuerda a que el gen reivindicativo, el activo, ya que el de quejarse en twitter o colgar soflamas en el muro de facebook me parece pura bagatela, no esta definitivamente aniquilado. Eso, y que, como gran ingenuo que soy, me siento completamente identificado con aquellos que derrochan ingenuidad. Sobre todo, si lo hacen de cara al publico, la única forma en la que te pueden romper de verdad la cara. 

Es de lo que se trata. Que hagas mucho o poco, sea de verdad.

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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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