JELOSKOR

No hago más que repetir a Chica9 que la sociedad se ha vuelto monorail en conductas y celosa con el prójimo.

Sobre lo primero, se ha impuesto una tendencia a que todo el mundo se vea obligado a hacer lo mismo y en el mismo momento, pero sin saber el porqué. De lo contrario, se convierte en un marciano o un profundo imbécil, que no se lo que es peor. Eso no sería para nada criticable si la decisión tuviese un raciocinio, pero está atornillada no más en el aluvión social. Que no es más que una dejación de la voluntad propia para vestirse de gregario.

Te empujan a que abraces las navidades y sus buenos deseos, más troleros que el voto de castidad de Dinio, cuando estoy convencido que somos mayoría los que las  odiamos. Igual que los carnavales, o esas fiestas patronales que sirven de excusa para que tu vecino te perfore los tímpanos con una trompeta o toquen el culo a la vecina a la que llevan todo el año desnudando con la mirada.

Muchos no se atreven a confesarlo por no salir del rebaño. Sin darse cuenta que, si son espacios de libertad, la primera exigencia es no obligar a celebrarla a quien no quiere o, a pesar de intentarlo, no es capaz de ser feliz sumergido en ese caldo. Al sugerir que, en lugar de aporrear la zambomba y zambullirte en aperitivos navideños estomagantes o vestirte de rubia tetona en carnavales te apetece irte solo de viaje a una de esas grandes ciudades donde nadie conoce a nadie, te sacuden, pero ¿te pasa algo?, como si hubieras contraído la difteria.

Curiosamente, a la tercera vez que rompes las convenciones y haces lo que te te sale del parrus la grey te empieza a mirar de distinta forma. Les sorprende que no veas la final de la champions sino una eliminatoria del concurso de novilladas de Castilla y Leon, y que prefieras ir a la bodeguilla de Pozas en lugar de a la terraza de moda, Y solo con mostrar criterio propio, aunque el criterio sea una puta mierda y no lo compartan, les empieza a amoscar su propia existencia. Y se atenazan

Y por la vía de ese rarísimo, empiezan a brotar la incomodidad y los celos. Y lo peligrosos no son eso a lo que la gente llama ataques de celos, esos arrebatos o iras repentinas que suelen terminar en el llanto y en la reconciliación. En esos todo el  malentendido se habría disuelto en una ronda de vinos o cervezas como un terrón de azúcar  en la leche. Lo dañino de los celos es que el afectado no los trasluce expresamente, se los va guardando y un día explotan como el descorche de una botella de champan agitada. Entonces no tienen remedio. 

Es justamente lo que ocurre en una pareja. Los celos que se manifiestan convierten la relación en una hoguera; pero los que se ocultan la convierten en un desierto.


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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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