LATIN (Y GRIEGO)

Antier se manifestaron en Madrid, profesores y alumnos de Latin y Griego que, junto con sus comilitones, clamaban contra el asesinato que el Gobierno plantea perpetrar contra la cultura clásica, eliminando las mismas del curriculum de bachillerato.

Es muy propio de los latinos el apiolar con saña aquello que ha arrostrado la modernidad. Aunque, como ocurre en este caso, se trate del líquido amniótico de las humanidades, a las que se les endosa el epitafio de “Lenguas Muertas” para arrastrarlas con el puntero del ratón a la papelera de reciclaje de la educación.

En este lenguicidio hay bastantes trazas de lo fácil que es que el latino mude de piel, según apriete el calor o el frio, sin que cambie el bizarrismo de su interior. Lo últimos veinte años han cambiado tanto las costumbres del ciudadano medio que cualquier gañan gusta de orear el vino en un decantador en vez de beberlo directamente del porrón. Con lo que nos olvidamos de que nos criamos en una mezcla de burle y picaresca.

Sopla de cola un aire progre por el que la sociedad se engalla pensando en que nos encaminamos hacia la modernez. Olvidando que, antes de la siesta, cualquier quinqui echaba mano a las primeras de cambio de la fusca de Albacete y de que cuando ibas a renovar el DNI las paredes estaban repletas de fotos de Se Busca, con terroristas y GRAPOS con carita de mangaburras.

A nadie le interesa recordar que tenemos alma de portera o modistilla que nos hace criticar a la vecina porque enseña la natividad del canalillo sin echar cuentas de que cuando éramos mozos íbamos descocados. Ejemplo de memoria maleable como el hierro caliente, de las que se usan a conveniencia o gusto del consumidor.

Esa levedad del recuerdo en carne propia se convierte en ensañamiento con todo lo que huela a triunfo. Uno de los grandes ejemplos es la movida madrileña. Cuando Almodóvar, Cesepe y Bernardo Bonezzi iban de tirados y bebían a gollete de fiado en La Bovia o El Palentino caían a todos bien. Pero en el momento en el que acumularon palmas de oro, medallas de bellas artes y bandas sonoras de éxito, les acusaron de vendidos y desertores. Rencor pretérito del material con el que se fabrica la envidia. Sin apenas diferencias con el casticismo que se gastaba veinte años antes en lo rural, aquel de viejas de luto, lindes antiguas, braseros de carbón y horda de fracasados.

Puede que sea para eso para lo que vale el Latin y el Griego. Para superar viejas taras y, por lo menos, tomar prestado una gavilla de ideas de quienes crearon unos cimientos de la civilización en los que aun hoy en día nos sostenemos. Algo sabrían.

Etiquetas
Compartir
Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
Posts relacionados
CENICIENTAS
SUPERCHERIAS
MANIFESTRODOMO