PALETISMO

Chica9 me acusa de que cuento historias que no he podido vivir con mi edad. Eso o que le he metido un tocomocho con mi partida de nacimiento.

Me lo suele decir, por ejemplo. cuando me arranco con que eché los dientes en los futbolines y billares de la OJE en Gernika. Justo donde ahora está la Policía Municipal.

La razón de que estemos temporalmente desalineados es que hemos tenido una educación sentimental disconforme. Basada en que los setenta de un pueblo no tenían nada que ver con la misma década en el Bilbao de la zona de Espartero, por muy gris e industrial que fuera el bocho.

Aquellos treinta y tres kilómetros que separaban Gernika de Bilbao se te antojaban como recorrer el desierto del Gobi un día de resaca. A la capital sólo te acercabas para la visita al especialista médico (solían ser los que acumulaban taras médicas, habituales entonces como el ojo vago y la desviación de columna).

O para vestirte con esa categoría que el complejo de pueblo te hacía pensar sólo podías comprarte en El Corte Inglés, Vesman o Veritas en el BBC de Bodas, Bautizos y Comuniones.

Como Gernika era cabecera de comarca agro y devota, el devenir de cada temporada se regulaba a golpe de santoral y calendario de campo. De ahí que me haya quedado impreso que hasta San Antonio no podías ir a la playa, San Blas traía las cigüeñas, San Juan las hogueras, San Martín la txarrriboda, y en San Ignacio se cantaba el himno del patrón a voz en grito en la iglesia. De ahí me sale el patronîmico del que se descojona chica9.

También se vivía golpe de  refranes que eran una forma directa de decir las cosas gastando pocas palabras. Una economía expresiva propia del gen del vasco profundo que terminó calando.

Días de invierno ordenados como tocaba en una sociedad católica y conservadora y veranos en los que cada nueva jornada duraba más de veinticuatro horas por aprovechada. Playa, calle y vida. Más simple que el discurso de Sánchez pero vida exprimida.

De ahí extraigo todos los dejes de los que se mofa (y befa) que entrañan mi paletismo memoriado. Como el que tenían aquellos paletos a los que en las fiestas de San Isidro cobraban tasas los pícaros madrileños por caminar por la acera de sombra.


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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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