EL CUERVO

El Moreno era un tipo que caía gordo. No se si era por su aspecto ladino, de malo hiperbolizado de película de Jess Franco, o por representar como nadie el último eslabón del casticismo televisivo, los programas de variedades.

En los tiempos en los que no existía la palabra Share, ni puta falta que hacía, comandaba la noche de los sábados. Allí salían sus muñecos, personificando tres roles de la España Rural que se fue, el niño repelente y naif, el borrego rústico y el chuloplayas que movía la pelvis impulsando los pulgares encastrados a cada bolsillo.

Aunque ahora nadie lo reconozca la gente se descojonaba. Y tenía mérito, porque no hay nada más difícil que hacer reír siendo ventrículo. Me ocurre como con los payasos, los domadores, los titiriteros de la cabra y los que venden bebidas y fritas en la playa al toque bocinero. No sólo no me divierten sino que me generan una melancolía inmensa.

Aquella gala televisiva llamada con el rimbombante nombre de “Noche de Fiesta”  imanaba al televisor a una franja de edad. Sobre todo en los pueblos de interior, donde el día dura más de veinticuatro horas y han encontrado el punto de disfrute a lo básico. Se tragaban piezas costumbristas inimaginables ahora. Recuerdo que había un número propio de revista setentera de Antonio Garisa, con un señor calvo y una oronda con rulos y permanente que discutían continuamente metidos en la cama

En las cuatro horas de metraje te encontrabas desfiles  de lencería con unas vicetiples que dejaban entrever la frontera del parrus que eran escoltadas por un mazas que no venia a cuento,  el anillo con forma de sello romano de Andoni Ferreño o el moño de Juncal Rivero.

Qué decir de la presentación del Moreno del artisteo. A los nacionales les bailaba el agua con unas preguntas a pie de escenario borrachas de merengue. Para las internacionales reservaba un speach donde las rogaba con un “y con nosotros recién llegada de ...“ y finalizaba con una ráfaga de chilliditos de hiena que es en lo que se ha terminado pareciendo.

Cuando le cortaron fondos públicos encadenó una promotora televisiva y musical, a la que por una estrategia fiscal llamo Miramon Mendi, organizaba giras de provincias con repertorios de zarzuela (yo estuve en una), hizo de malo en Torrente en Marbella y le asalto el chalet una banda de rumanos.

Ahora son pléyade los que dicen que todo el mundo sabía lo mal bicho que era. No puede haber nada más latino que el escarnio público. Mal de ojo del cuervo chuloplayas.

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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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