TARDE DE DOMINGO DE TOROS EN BILBAO

Tarde de domingo tras la virgen, calor, subiendo General Concha, con toda la ilusión en el esportón. Un año sin ver toros en el ceniciento albero de Vista Alegre. Te da igual la entrada, el clima y la expectación que haya generado la corrida, lo único que te importa es tu propia sensación. Salen los de las barbas del chiquero, adrenalina en tus venas, desprecinto de esa semana que esperaste todo el año y reburdea para ti. Reclamando el derecho de estar vivo.

Te da igual el resultado del espectáculo, ese día solo torean para tus retinas, para calmarte la necesidad que tienes de un buen natural, o de uno malo, que tanto monta. Lo importante es volver a coincidir con tus compañeros de tendido, con aquellos a los que le sigue fluyendo la sangre taurómaca por las venas. Cloroformo para tu ansiedad.

Crisol de colores, picador en la grupa citando con el tintineo del estribo, los papelitos al viento marcando el levante, el sol azuzando el sentido, Caracol desde la delantera de grada se ensoñorea con aquel capota o librado al viento de las capeas de Castila. Aromas de Astorqui, su purito y ese deseo de estar vivo y comerse la vida a bocanadas. Por mucho que la vida solo le chase un chusco de pan duro y la inercia de fabular con el natural más profundo, ese que nunca te cuajó.,

No verá el iris de tus ojos cómo se cuaja un toro en puntas, no saborearás esa cerveza en solitario paladeando aquello que solo entiendes tu y se evaporará nada más te arrejuntes a los tuyos, un año de vigilia para tus pensamientos engolosinados a los vuelos de ese capote mecido mientras se despereza la tarde.

La fase negra de tu cerebro anticipa que nunca volverás a vivir aquello que sintieron tus padres y tus abuelos. No puedes dejar de sentirte rehén y culpable por haber sido capaz de trasladar a tus hijos ese patrimonio afectivo que te legaron tus padres. Cierras los ojos y sientes la punzada Incandescente de la modernidad.

Te quieres alejar del ruedo que emana misterios. Ese en cuyo tendido has sentido crepitar cada articulación cuando aquel espada de tu predilección mecía el capote y se enroscaba a la vida.

Con el toro de Verdad, con el toro de Bilbao, con todos tus recuerdos.


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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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