LA FRONDA

Definitivamente, me estoy haciendo viejo. He perdido completamente la capacidad de anticiparme como herramienta de autodefensa a aquello que puede llegar a dar de sí (de escaso) la condición humana. Y mira que a estas alturas debería saber que no tiene límites, en esos múltiples casos en los que se pone a explorar su potencial para regurgitar majaderías.

Hoy he desprecintado el día, a setecientos kilómetros de mi guarida, asombrándome ante la dualidad perenne e irremediable del alma humana. Ese mecanismo extraño por el que un mismo ser es capaz de mostrar en una misma tacada su anverso y su reverso. Habilitado para simultáneas las acciones más contrapuestas e incompatibles: enjugar las lágrimas de un menesteroso y contribuir a que otro las derrame a chorros.

VOX organiza un mitin en el Corazón de María, plaza que constituye el ídem de San Francisco, El Barrio que aglutina de forma desordenada, como si fuera un almacén de cachivaches, al lumpen del bocho, los restos y reliquias de la prostitución nacional que arribó a Bilbao al fulgor del desarrollo industrial De la Villa, representantes de más nacionalidades que las que jugarán el mundial de Qatar, y un postueo emergente de locales y garitos de moda que prenden la hoguera de las vanidades locales.

El análisis no es si tiene derecho a hacer o no el acto. A estas alturas, si queda claro es que cada cual puede ha de lo que le plazca, con el único límite de no meter las pezuñas en pesebre ajeno, la pregunta es ¿Y porqué lo hace?. Me contestó solo a la pregunta retóricamente, básicamente por joder, por mucho que lo vistan de una cruzada por la dignidad patria desde Roncescvalles, que no dista mucho de aquella cruzada por la dignidad Mora con la reivindicaba sus anónimos Ignatius J. really en ese mítico libro que es La Conjura de los necios.

Lo que me tiene trastabillado es que el foco de la cruzada se sitúe encima de aquellos que acumulan ya un álbum de problemas para gestionar en su día a día cuestiones lo suficientemente azarosas como para aguantar a alguien que les venga a dar lecciones. Sea VOX o el partido trotskista unificado. Con tu quehacer empeñado en desbrozar la fronda del pormenor que te vengan con juegos florales de patrioterismo panfletero sonaría a broma, si no fuera cierto.

Y eso de rendir visita ambulatoria para ejercer de vocinglero y soflamar a las masas del lugar al que te retiras tras soltar los exabruptos, no parece que es lo que digamos muy solidario. Sobre todo cuando tu retorno es a terreno despejado y dejas a los que han sido destinatarios directos de tus proclamas con la fronda del pormenor a ras del cuello.

Y eso es también postureo.

Asier Guezuraga