2019. NOVENA DE LAS CCGG. CARACOL Y CÍA.

La semana no solo deja su huella en cuerpo y alma. También tiene secuelas en tu corazón de aficionado. Y en el mío, al que el desengaño se le ha teńido de ironía defensiva, lo vivido en las CCGG me hace pensar de fin de ciclo en Bilbao y olisqueó al ferroviario operando el cambio de agujas para dejar paso al mercancías de las seis.

Me imagino que si hubiese contado estas fruslerías al añorado Luis Díaz de Lezana (Q.D.G) me contestaría aquello de “pero en donde habéis visto toros vosotros”, que, quien lo iba a pensar, tanto he terminado echando de menos. Y si se lo estuviese contando a Juan Astorqui Cánovas, (D.E.P.) mejor torero que ha dado Bilbao lidiando en las afueras de la plaza donde la vida aprieta de verdad, me hubiese rebatido con un “Varguitas, siempre has sido un cenizo, antes llega la Ley Seca y prohíben la jodienda”.

Pero como, al juntar estas letras, no tengo a ninguno de los dos, he de masticar mi escepticismo con los sufridos (pocos pero óptimos) lectores de este blog. Y a ellos les cuento que veo que el TorodeBilbao, concepto indeterminado como el valor en la mili, la fidelidad en las parejas, o la moral en la vida moderna, pero perfectamente aprehendido en los tendidos, ya no cotiza.

Si hace solo dos décadas saltan a la plaza tres solo de los más de diez ejemplares que en 2019 han pisado el albero sin atisbos de trapío (me quedo con los que objetivamente no lo tenían) se arma una zapatiesta con conatos de gresca en los tendidos. En lo que hogaño se ha convertido en cuatro monomaniacos, entre los que me incluyo, cruzando palmas de tango que el respetable no entiende. Por lo menos la hermandad de grillados hemos incorporado esta añada a los pintapancartas del tendido del seis, que, sin ser excelsos artísticamente, parecen contar con acreditadas reservas de pintura negra e ingenuidad para perseverar en sus brochazos. Aunque he de advertir que personalmente, no me gustaron las alusiones personales de ayer. Francamente, no hay que discriminar al glorificarlos.

Este TorodeBilbao apunta a convertirse en un arcano que narraremos tres abuelos cebolletas dentro de treinta años para contar que fue sepultado por la modernidad del triunfalismo. Y que, desde entonces, Bilbao dejo de ser Bilbao, (esto me lo inventó pero intuyo que no andaré desencaminado), para, tras la elipsis, parecerse un poco más a lo que ocurre en otros cosos.

Y como me barrunto que se nos van a tratar de ocultar las vergüenzas con el discurso del triunfalismo por los veinte despojos que han sido cercenados estos días, (diez menos que las treinta monedas de plata que cobro Judas Iscariote), deslizo mi convicción, que no ha de interesar a nadie, pero que me sienta bien regurgitar tras cincuenta y cuatro toros que me he tragado.

El triunfalismo nos va a dar un publico de aluvión (poco y para festejos ocasionales) y nos va a ahuyentar al aficionado que se sacaba el abono (bien porque nos vamos a ir muriendo sin reemplazo o porque al foráneo no le compensa el incurrir en el justiprecio de pasar en una semana en una ciudad, cara de rascar como es el Bocho, para ver algo que no es distinto de aquello que ve en la contigüidad de su casa).

Y va a ser el caballo por el que los aqueos nos van a introducir en la Troya de Vista Alegre una adecuación de lo que constituye nuestro hecho diferencial para adaptarlo a los cánones del triunfalismo taurino. Dicho queda antes de la adjudicación y me quedó tan pimpante después de hacerlo.

Curiosamente, en la miurada que va a pasar a la historia como engarce entre las corridas tuteladas por nuestra nunca suficientemente  reverenciada J.A. y las del adjudicatario, tuvimos mucho que destacar. Autenticidad y capacidad lidiadora por docquier, miuras almibarados, (el primero), otros que morfológicamente no lo parecían, (el segundo y tercero), alguno descasado y descastado (cuarto y quinto), y otro que sirvió mientras duró (el sexto).

Hicieron el paseíllo tres hombres a los que nada se puede reprochar. Lopez Chaves, con sobriedad castellana, torero de campo, lidiador que ejerció de director de lidia a la antigua usanza, Chacón, que sin estar en el momento del que disfrutó en los dos últimos años, y abusar del toreo sobre los pies, no se le puede reprochar el torcer  el rostro y Escribano, completo, bullidor y entregado, hasta el punto que si se lo pides se te acerca por tu casa tras pasaportar la corrida, a pasar la aspiradora y arreglarte el seto del jardín (el que lo tenga).

Cuadrillas lidiando a buen nivel, mi compadre MS me apuntó certeramente la del sexto, y un primer tercio en el que los del penco afaldillado dieron lustre a las varas sin dejarse llevar por trapacerías y ventajillas. Incluso los Ben Hures que arrastran a los toros hacia el averno del nunca volver engancharon certeramente todos los ejemplares sin dejarse ninguno en la arrancada. Tarde completa, tarde comansi.

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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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